El acercamiento entre el PP y Ciudadanos podría desbloquear la investidura. Ayer mismo crecieron las voces en el PSOE que barajan la abstención para permitir gobernar a Mariano Rajoy. Eso sí, la mayoría de los dirigentes socialistas que plantean esta posibilidad para evitar las terceras elecciones –hasta ahora en privado– admiten que este cambio de postura sólo se puede producir después de que Rajoy sume a sus votos los de Ciudadanos y Coalición Canaria. Es decir, que se presente ante la Cámara con 170 votos a favor y a sólo seis de la mayoría absoluta.
Ayer mismo, el diputado Odón Elorza, próximo a la corriente Izquierda Socialista, barajó por primera vez la posibilidad de que el PSOE se abstenga bajo «condiciones claras y concretas» para liderar después «una oposición incluyente».
Elorza se ha manifestado hasta ahora a favor de que Pedro Sánchez trate de liderar una alternativa de izquierdas, al igual que el portavoz de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias. De hecho, ésa sigue siendo su opción, como aclaró él mismo a este diario.
Pero en un artículo en su blog, ayer reconoció que «es innegable la complejidad» de alcanzar un Gobierno estable con sólo 85 diputados. Por ello, añade, si no se quisiera intentar esa vía «o se fracasara, no veo otra opción para evitar las elecciones que estudiar las condiciones, claras y concretas, de una abstención que vendría acompañada de una estrategia innovadora para liderar una oposición incluyente».
Fuentes de la dirección del PSOE admitieron ayer que si Rajoy consigue en las próximas semanas llegar a los 170 diputados, «muchos dirigentes socialistas» pedirán a Pedro Sánchez que se abstenga. Este cambio de postura, que el propio Sánchez admitió como posible en su comparecencia del martes, tendría que decidirse en un Comité Federal.
El ex ministro Jordi Sevilla, miembro del equipo de expertos de Sánchez, se mostró ayer partidario de una reforma legal que haga posible que, en una situación de bloqueo como la actual, se «abra la puerta a aquel candidato que haya sido capaz de aglutinar tras su candidatura a un mayor número de diputados», aunque no haya sido el más votado.
También en un artículo en su blog, Sevilla apuntó que si Rajoy no consigue sumar más apoyos parlamentarios en las próximas semanas, podría renunciar a ser candidato para que el PP presente a otro «que sea capaz de garantizar esa gobernabilidad que Rajoy, parece, no puede garantizar».
Varios portavoces socialistas aseguraron ayer a este diario que tras la reunión de Rajoy y Rivera de ayer, ven más cerca un acuerdo que puede acabar con el sí de la formación naranja al candidato del PP. Siempre a cambio de cesiones por parte del PP, ya sea la cabeza de Rita Barberá, la apertura de una ponencia de reforma de la Constitución o la promesa de reforma de la Ley Electoral.
En Ferraz temen que Rajoy esté intentando ganar tiempo para que la votación de investidura se produzca después de las elecciones vascas del 25 de septiembre.
La secretaria de Estudios y Programas, Meritxell Batet, de la estricta confianza de Sánchez, aseguró ayer en Onda Vasca que el PP podría estar dejando pasar el tiempo para que se celebren las elecciones vascas. «Después, una vez pasadas, puede ser más fácil conseguir apoyos», aseguró, en referencia al PNV. Ese «cálculo» le parecería «una irresponsabilidad», según apuntó la que ha sido número uno del PSC por Barcelona. Lo que es «una anomalía», añadió Batet, es que «se diga al principal partido de la oposición que facilite la investidura».
El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, por su parte, escribió ayer un tuit enigmático en el que parecía abogar por un acuerdo entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos que casi todos tildan como imposible.
Hasta ahora, Lambán se había manifestado en contra de esta posibilidad. E incluso ironizó en su día con que a la presidenta de Baleares, Francina Armengol, le había afectado «la tramontana» y por eso lo había propuesto. En Twitter, escribió ayer: «PSOE+Podemos+C’s, como pide un manifiesto reciente? Deseable pero poco posible. Inténtese ¡pero ya! Terceras elecciones? ¡no! (no es no)».
Fuentes próximas a Lambán explicaron ayer que el jefe del Ejecutivo aragonés sigue considerando que esa alternativa «es imposible porque ni Podemos ni C’s la ven». Pero que la intención de su tuit era que «se vayan descartando las hipótesis imposibles» y «se vayan valorando las posibles». Ir a las terceras elecciones sería «un disparate mayúsculo que inhabilitaría a todos los responsables», según creen en el entorno del presidente aragonés.