EL MUNDO – 11/02/16
· Rivera comunicará hoy al líder del PP que no le apoya en su deseo de seguir gobernando.
>La cita es en la sala A3 1.2 del Congreso de los Diputados. Ni siquiera tiene nombre. Toda una metáfora. Suena más bien a una coordenada, a un movimiento estratégico del juego de mesa Hundir la flota. Y es que las negociaciones que se suceden son, en realidad, movimientos estratégicos. Como el que hoy protagonizan Mariano Rajoy y Albert Rivera. Una reunión en la que el presidente en funciones transmitirá su deseo de consensuar una gran coalición PP-PSOE-Ciudadanos, con él como primera figura, propuesta que se encontrará con el rechazo de Rivera.
En Ciudadanos quieren abrir una vía de diálogo con el PP e insisten en que debe formar parte de un acuerdo final, bien de manera activa (votando a favor de Pedro Sánchez) o pasiva (absteniéndose), pero consideran que, «en el actual contexto, Sánchez tiene la iniciativa» y, por tanto, aunque no es el candidato ideal para el partido, es quien tiene prioridad. No en vano, PSOE-Ciudadanos llevan ya dos reuniones en busca de un acuerdo de Gobierno.
C’s lleva días recordando a Rajoy que «ha tirado la toalla» y ha «pasado palabra». Pero son conscientes de que necesitan a los populares para llevar a cabo las grandes reformas de esta legislatura –en caso de que arranque–, como por ejemplo la constitucional, para la que es necesaria el voto favorable de dos tercios de los 350 diputados.
Ante este escenario, Rivera quiere transmitir a Rajoy la necesidad de negociar, de sentarse a la mesa para concretar una hoja de ruta. «Para que esto tire hacia delante hace falta el PP», sentenció ayer Juan Carlos Girauta, portavoz de la formación emergente en el Congreso. Y añadió que su objetivo es intentar «favorecer la fluidez» entre PP y PSOE, ya que es necesario «como mínimo la aquiescencia» de uno al pacto que puedan alcanzar los otros dos. En opinión de Girauta, si eso no se consigue «no habrá un Gobierno constitucionalista» en España, sino «un Gobierno populista apoyado por separatistas» o habrá nuevas elecciones.
Son los tres escenarios que Rivera va a exponer a Rajoy. Ciudadanos quiere entablar una mesa de negociación con el PP en paralelo a la del PSOE, con el objetivo final de lograr su abstención para que, junto a la de los 40 diputados de Rivera, Sánchez sea investido. Sin embargo, en la dirección del partido consideran que aún no es el momento de trasladarle al PP esta fórmula, pues piensan que sería darles la oportunidad de dar carpetazo a la primera de cambio al diálogo. Apuestan por trabajar en un documento consensuado que sea difícil de rechazar por los populares y que, si lo hacen, sea asumiendo que abren la puerta a un Gobierno con Podemos y apoyo de los independentistas. Esta es la tesis de trabajo en la dirección de Ciudadanos.
«A lo mejor, luego no resulta tan sencillo decir siempre que no o que me opongo», fue el mensaje entre líneas que Girauta envió ayer al PP, tras una reunión del grupo parlamentario de Ciudadanos.
Por su parte, Rajoy acude a la cita con la intención de convencer a Rivera de que la estabilidad y la gobernabilidad sólo las garantiza una gran coalición con él como presidente. Para ello, le presentará los cinco objetivos que ha fijado el PP como prioritarios: la defensa de la nación española –que considera que está amenazada–; impulsar el crecimiento y la creación de empleo; mantener y mejorar el Estado del Bienestar; hacer frente al terrorismo yihadista, y luchar contra la corrupción. Se trata de unos ejes bastante similares a los establecidos por Ciudadanos y en los que ambas formaciones tienen bastantes puntos de encuentro.
PIDE AL PSOE «CONCRECIÓN» EN LA REFORMA CONSTITUCIONAL
No debatirá sobre la unidad de España. Uno de los puntos de mayor fricción entre PSOE y Ciudadanos está en la organización territorial. En la formación emergente no están dispuestos a ceder lo más mínimo en lo que se refiere a «la unidad, igualdad y libertad» de los españoles. «La soberanía reside en el pueblo», recuerdan desde la dirección, tomando como máxima el artículo 1 de la Constitución. Por eso, pedirán al equipo negociador del PSOE «concreción» en su propuesta de reforma constitucional.
EL MUNDO – 11/02/16