RAMÓN PÉREZ-MAURA-EL DEBATE
  • El de Waterloo puede seguir ordeñando la vaca porque ya ha comprobado que no hay nada que el presidente del Gobierno no esté dispuesto a ceder
Cuando te das un gran golpe, minutos después de sufrirlo te duele mucho menos que al día siguiente. Las heridas en caliente duelen menos que cuando se enfrían, que es cuando los trastazos se convierten en grandes moratones. Sánchez y sus peones parecían exultantes el miércoles por la tarde porque habían conseguido evitar dos de las tres derrotas que se anunciaban en la convalidación de decretos ley. Pero el hecho de que Junts, el partido que amenazó con el «no» para probar que siempre pueden sacar más, fuese quien anunciara las concesiones que les hizo el Gobierno durante la negociación evidenció quién manda aquí.
La impostura moral de Sánchez no le impidió presentarse abiertamente como el vencedor de la jornada. Y en realidad desde su visión política lo fue: la única razón de ser de su actividad pública es conservar el poder. Lo más curioso es que a estas alturas, cuando ya está claro que el PSOE de 2024 es un partido cuyo único objetivo político es mantener a Sánchez en Moncloa, se ha encontrado con otra formación, Junts, cuyo primer objetivo es traer al prófugo de vuelta de su exilio. Lo demás verdaderamente importa una higa. No es extraño que haya partidos que se centren en la personalidad de un único líder. En España hemos tenido en los últimos lustros ejemplos como Ciudadanos, que tras Albert Rivera ha desaparecido, o UPyD que sin Rosa Díez no era nada. En la medida en que Junts es Convergencia con otro nombre para no pagar las multas de Hacienda, y que el PSOE es un partido con casi siglo y medio de existencia, sorprende el abandono de sus respectivas tesis políticas para convertirse en la maquinaria de poder de una sola persona. Ni un presidente de tanto éxito como Felipe González se atrevió a convertir el partido en una máquina a su servicio. Como tampoco lo hizo nunca en AP/PP su presidente fundador, Manuel Fraga Iribarne, que dimitió tres veces de la presidencia del partido.
Verdaderamente no podía haber un matrimonio de intereses mejor encarrilado y es por ello que leo en tantas columnas que Sánchez ha encontrado en Puigdemont la horma de su zapato. Cierto, pero la analogía se puede hacer exactamente igual a la inversa. El de Waterloo puede seguir ordeñando la vaca porque ya ha comprobado que no hay nada que el presidente del Gobierno no esté dispuesto a ceder. Es verdad que esta vez parecen un poco más abochornados. Si en verdad es tan buena para España la aprobación de estos dos decretos ley y tan malo el rechazo del tercero ¿por qué no sale la portavoz del Gobierno o la del PSOE a explicarnos qué es lo que se ha concedido en la negociación con Junts? Y sea lo que sea, ¿por qué es mejor esa cesión que la no convalidación del decreto ley?
Y ya de paso, qué consecuencias va a tener el rechazo del tercer decreto ley, que los diputados de Podemos votaron en contra para saldar cuentas con Yolanda Díaz, responsable del decreto que ha decaído y responsable igualmente de que Podemos apenas tenga representación en este Parlamento y de que no tenga ningún cargo en el Gobierno. Ni de segundo nivel. Con su pan se lo coman.