Miquel Giménez-Vozpópuli
  • La moción de censura no ha conseguido apoyos para ganar. Y, sin embargo, ha sido un triunfo

Ahora dirá el Gobierno – e incluso el PP – que ha sido un fracaso, que ya se sabía que no iba a servir para nada y que todo se ha reducido a perder el tiempo. Puede que también haya quien afirme que todo esto no ha sido más que un circo para poner bajo el foco a Santiago Abascal. Incluso este abajo firmante ha leído que el discurso de Arrimadas, excelente por otra parte, ha tenido mayor calado que lo dicho por Tamames. Por decir que no quede. Pero la realidad, objetiva y políticamente hablando, es que la jugada le ha salido redonda a VOX.

En primer lugar, Sánchez esperaba encontrarse a un Tamames decrépito, crepuscular, casi senil , y se ha encontrado con un hombre que posee una lucidez extraordinaria amén de una capacidad de análisis de la situación política de primer orden. Que les ha pillado a todos, todas y todes pescando a bragas enjutas, vamos. No esperaban que el viejo profesor les diese la clase magistral que les ha dado tanto en materia política como económica. Y, lo más importante, en materia moral. Porque, frente al humo social comunista y los titubeos populares, lo visto en el hemiciclo ha sido la demostración palpable de que existe otra manera de hacer política, otra manera de estar en un escaño que no sea masticando chicle, como hacía Irene Montero, otra forma de diseccionar la realidad con el bisturí de la inteligencia a años luz del machetazo castrista de zafra.

No esperaban que el viejo profesor les diese la clase magistral que les ha dado tanto en materia política como económica

Abascal hizo muy bien confiando el papel de hombre bueno a Don Ramón. Su sabiduría, aunada a su experiencia, ha demostrado el bajísimo nivel de unos gobernantes que actúan motivados por sus complejos, sus fobias y sus odios. Se puede hablar de España desde posiciones diametralmente opuestas, pero prevaleciendo el sentido del estado, eso que llamamos patriotismo y que tanto desprecian los partidarios de enfrentar españoles contra españoles, regiones contra regiones, hombres contra mujeres y empresarios contra asalariados.

Tamames ha arrancado de cuajo ese telón tras el que el Gobierno pretende ocultar su auténtico rostro, el que pretende demoler todo lo que ha costado tanto conseguir desde la Transición. De ahí que ahora finjan despreciar lo visto y oído. No, señores del gobierno, sus vergüenzas se han retransmitido en directo y los medios lo han reflejado, por más que se empeñen en disfrazar la soberana paliza que les ha propinado Don Ramón con titulares dictados desde Moncloa mediante la policía política y la subvención jugosa y vil.

Tamames ha arrancado de cuajo ese telón tras el que el Gobierno pretende ocultar su auténtico rostro

Tamames y VOX no han perdido la moción de censura. El objetivo era poner a Sánchez en su justo sitio, el de un pésimo gobernante aliado con lo peorcito de cada casa, dejarlo en ridículo ante la nación y hacer que los españoles se planteen qué votar en los próximos comicios. Se quería romper la omertá mediática y los silencios cobardes, cuando no cómplices. Ha ganado Tamames. Ha ganado Abascal. Ha ganado la sociedad, que ahora sabe que existe política más allá del compromiso de Caspe entre lo malo y lo regular. Un exitazo de padre y muy señor mío que, según me comentaba un diputado de VOX, ha asombrado a la propia empresa. Lo que no es poco decir.