El pasado 19 de julio se inauguró la actual, la duodécima. Arranca la legislatura más incierta con un gobierno del PP sin mayoría absoluta y sostenido por primera vez por la abstención del primer partido de la oposición. Cuánto durará es una incógnita.
Tras entrevistarse con el Rey y después de aceptar el encargo para someterse de nuevo a un debate de investidura, Rajoy subrayó su intención de encabezar una legislatura «de cuatro años».
Ya en su discurso en el Congreso, el líder del PP apeló a la «estabilidad presupuestaria» y reclamó el derecho a presidir «un gobierno que pueda inspirar confianza, que disponga de capacidad para tomar decisiones al ritmo que lo exijan las circunstancias». Dijo aquello de que «el empleo, como la economía, no se resuelve en 24 horas»».
Que el Partido Popular desea una legislatura larga parece evidente, pero ¿qué quiere la oposición? Desde el entorno de Pedro Sánchez, ex secretario general del PSOE asumen que Rajoy gobernará cuatro años más porque un adelanto electoral no interesa al PP y «mucho menos» al PSOE. «El partido (socialista) alargará todo lo que pueda la convocatoria de un nuevo congreso federal para que Pedro sea sólo un lejano recuerdo. Luego necesitará un tiempo para asentar al nuevo líder y probablemente no hará oposición de verdad hasta el último año (eso que Madina llamaba «crujir vivo» a Rajoy)», cuentan fuentes próximas al último candidato socialista.
Susana Díaz, virtual candidata a liderar el PSOE, pretende retrasar el congreso socialista incluso más allá del verano de 2017 para anular cualquier posibilidad de regreso de Pedro Sánchez.
«Cuanto más alarguen el proceso, más posibilidades le van a dar a Pablo Iglesias para ocupar la oposición», advierte el consultor político Iván Redondo. «El PSOE no puede estar un año sin líder y el presidente del Gobierno tampoco puede avanzar sin un interlocutor. Esta legislatura será también el tiempo del sucesor de Rajoy y para que ese sucesor sea socialista, es necesario saber cohabitar. El primer gran cohabitador fue Felipe González con Suárez, los cigarritos y los Pactos de la Moncloa. Y luego Zapatero y su talante».
«España es muy yeyé y aquí gusta el buenismo, la cultura del pacto», insiste Redondo. Su pronóstico es que esta será una legislatura larga. «El presidente tiene a favor unas expectativas muy bajas, así que sin presión, como una hormiguita, se puede conseguir cuatros años más en la Moncloa».
El calendario fija varias fechas clave. La primera, el 3 de mayo. Si para entonces Rajoy no consigue aprobar los Presupuestos, podría legalmente convocar elecciones porque se cumplirá un año de la anterior convocatoria. Si, por el contrario, el Gobierno saca adelante los Presupuestos se garantizará al menos dos años de legislatura. ¿Necesita al PSOE? Según Redondo, no. «Existe la vía 176».
La «vía 176» es la suma que necesita Rajoy para lograr su ansiada estabilidad sin recurrir al «comodín del público», el PSOE. Es la suma de los diputados del PP (137), más los de Ciudadanos (32), Coalición Canaria (1), Nueva Canarias (1) y PNV (5). En total, 176.
«La clave de la legislatura es el PNV», analiza Redondo. «Urkullu va a ir hacia un péndulo muy interesante para ellos. Pasa por la entrada del PSE en el ejecutivo vasco y el pacto con el PP en Madrid. Esa fórmula reintegra al PSOE en el panorama político, da estabilidad en Madrid y presenta al PNV con un discurso nacionalista amable frente a la tensión de Cataluña».
–«Si bien me quieres Mariano, da menos leña y más grano», reclamó Aitor Esteban, portavoz del PNV en el debate de investidura.
–«Si quieres grano Aitor, te dejaré mi tractor», replicó Rajoy.
Nacho Corredor es también consultor político. Su teoría no es tan optimista con respecto a la estabilidad de la legislatura que empieza. «Tanto Ciudadanos como el PSOE han presumido de los compromisos que exigirán al Gobierno, pero no cuentan con que en cuanto Rajoy no pueda, dirá que la oposición no ayuda, convocará elecciones y saldrá aún más consolidado».
Corredor retrata el laberinto socialista. «El PSOE es un partido especialmente débil y por eso la legislatura puede ser corta. No va a poder negociar nada porque el amo es Rajoy. La negociación será: estos son los Presupuestos, los tomas o los dejas. Y si los dejas, mañana convoco elecciones».
Hay otros dos grandes temas subrayados en la agenda de Rajoy que sí invitan a pensar a largo plazo. El primero, el ansiado Pacto por la Educación. Y el segundo, la reforma de la financiación autonómica, otro de los cebos del PP. «Los barones del PSOE necesitan ese acuerdo como bandera para sus elecciones regionales, así que si Rajoy consigue sentarlos en la mesa para negociar, ya ha ganado», mantiene Iván Redondo.
Corredor desconfía de nuevo del interés declarado por «dialogar y pactar mucho» del presidente. «No ha dado ninguna señal de ello. Rajoy ha puesto a los mismos ministros en Economía y Empleo y ni siquiera ha hecho el más mínimo gesto hacia Ciudadanos. Tendremos presupuestos para 2017 y habrá poco margen para más. Dadas las circunstancias, Rajoy tiene la capacidad de decidir cuándo se le agota la legislatura. Si se lo ponen difícil, será pronto. Si se lo ponen fácil, más duro será para el PSOE».