¿Cuánto exigirán los diversos catalanes?

EL MUNDO 05/10/13
VÍCTOR DE LA SERNA

El café ya no será para todos
El Gobierno busca en Unió Democràtica y en el empresariado catalán aliados para frenar el independentismo de Mas. Pero desde Cataluña se insiste en que un nuevo marco económico más favorable no basta ya y que lo que hay que liquidar es el ‘café para todos’… a favor propio.

Que el respaldo a Artur Mas no es inquebrantable resulta ya evidente. Toni Bolaño, en La Razón, hablaba de «la bronca, cada vez más indisimulada, entre Convergència y su histórico socio Unió». Y recalcaba: «Duran y Mas están más alejados que nunca. Los reproches mutuos son cada vez más evidentes».
Insistían Carlos E. Cué y Miquel Noguer, en El País: «Para el Ejecutivo, Josep Antoni Duran, líder de Unió, es un aliado en la batalla contra Artur Mas, líder de Convergència». Pero, añadían, Mariano Rajoy no se mueve lo bastante: «El presidente despreció ayer, a su manera, la propuesta estrella de Duran, que le está enfrentando a Mas: una especia de ‘tercera vía’, entre el independentismo del presidente catalán y lo que él ve como inmovilismo de Rajoy».
Según el diario de Prisa, es la propia Alicia Sánchez-Camacho –la del millonario pacto de silencio– quien «propone que el Gobierno actúe en la línea de recuperar una lectura ‘abierta’ del artículo segundo de la Constitución que distingue las autonomías entre ‘nacionalidades y regiones’». Y, agregaba, «como nacionalidad histórica, Cataluña formaría parte del primer grupo».
Continuaba por ese camino Neus Tomàs, en El Periódico: «Según el PP, la propuesta que meditan los estrategas de Rajoy, además de tener un carácter económico, incluiría también alguna fórmula de ‘singularización’ para modificar el estatus político de Cataluña. La ex presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, pese a la distancia que le separa del jefe del Ejecutivo, fue la primera dirigente popular que reconoció que el café para todos del modelo autonómico debe modificarse y que existen comunidades como Cataluña cuyo encaje político podría ser distinto».
En este marco se produce la decisión del Constitucional sobre la equiparación del castellano y el catalán, que no prevalencia de la lengua común, y reflexiona Victoria Prego en EL MUNDO: «A estas alturas resulta evidente que en este campo del uso catalán se ha llegado más allá de donde llegó el franquismo, pero en sentido contrario. La lengua propia ha llegado a ser preferente y dominante por decisión de la clase política de Baleares y Cataluña. Y la lengua común, la de todos los españoles, sólo ha sobrevivido en la calle, porque de ahí es prácticamente imposible erradicarla, por mucho que se desee».
Cuando, según la prensa catalana, de lo que se está hablando es de soluciones como la «confederal» de Duran, que incluye el concepto de «soberanía cultural» catalana dentro de una nueva Constitución española, no es difícil barruntarse que decisiones como la del Tribunal Constitucional tienen todos los ingredientes de lo provisional.