EL MUNDO – 08/04/17
· Quince días después del ataque a Westminster, otro atropello terrorista deja cuatro muertos y quince heridos en Estocolmo.
· «Suecia ha sido atacada. Todo indica un ataque terrorista», fueron las palabras del primer ministro Stefan Lövfen poco después de que un camión arrollara ayer en una céntrica calle peatonal de Estocolmo a una multitud, dejando al menos cuatro víctimas mortales y más de una decena de heridos.
No habían pasado ni dos semanas desde el atentado de Londres, cuando la capital sueca fue testigo de un ataque que recuerda demasiado a los de Niza y Berlín del año pasado. A las 14.53 horas, la policía recibió la alerta de que un camión que circulaba «fuera de control» por la calle Drottning había acabado en llamas, empotrado contra los grandes almacenes Ahléns, los más emblemáticos del país.
En cuestión de segundos el caos invadió el bullicioso centro comercial de la capital sueca. «Olía a humo y nunca se ha visto tanta presencia policial en Estocolmo», recogía ayer Aftonbladet. «¡Ataque terrorista en curso! ¡Pónganse a salvo!», gritaban los miembros de las fuerzas del orden histéricos. «Vi a cientos de personas correr, correr por sus vidas», explicó Anna, testigo presencial, al mismo diario.
El vehículo, perteneciente a la cervecera sueca Spendrups, acaba de ser robado a uno de sus repartidores cuando se disponía a descargar una entrega en un restaurante, a tan sólo 500 metros del lugar del atentado. El conductor fue atacado por un hombre enmascarado cuando éste quiso detenerlo, informó la portavoz de la compañía, Mårten Lyth. A pesar de que medios como Expressen informaron de dos detenciones, la policía descartó cualquier arresto. «Que dos personas estén siendo interrogadas no significa que sean sospechosas», explicó su portavoz Lars Byström a la agencia TT. Durante la rueda de prensa celebrada horas después del ataque, la policía distribuyó la imagen de un sospechoso que estaría relacionado con el atentado sin dar más detalles. La imagen de un hombre con barba, cubierto por una capucha, la habrían captado las cámaras del metro poco tiempo antes del atentado.
El metro fue inmediatamente cerrado –aunque a última hora de la tarde se anunció su reapertura–, los servicios de autobús y tranvía interrumpidos, y la Estación Central, evacuada tras una amenaza de bomba, según informaron medios locales. Ello explicaría que la Unidad de Intervención Rápida tomara sus instalaciones.
Las fuerzas del orden también insistieron a la población que no saliera de sus casas e instaron a que se abandonara el centro de la ciudad. Para quienes no pudieran hacerlo se habilitaron edificios públicos donde acogerlos y muchos holmienses ofrecieron sus casas a través de las redes sociales mediante el hashtag #openstockholm.
Además, el centro comercial Mall of Scandinavia, a las afueras de la capital sueca, también fue evacuado. «Sabemos que, horas después de un ataque terrorista, el riesgo de que ocurran más incidentes es mayor», afirmó el responsable de la policía sueca, Dan Eliasson. Ésta, junto con el Servicio de Seguridad (Säpo), emprendió inmediatamente «la caza del autor o autores» del ataque.
No es la primera ocasión que un atentado sacude Drottninggata.
El 11 de diciembre de 2010 tuvo lugar un ataque terrorista fallido, que se saldó con la muerte del suicida y dejó dos heridos. Entonces ocurrieron dos explosiones en dicha calle. Poco antes, tanto la agencia de noticias sueca como la policía recibieron emails amenazantes por la presencia de tropas suecas en Afganistán, así como por la publicación de caricaturas de Mahoma.
El atentado de ayer no fue anunciado ni, al menos al cierre de esta edición, reivindicada su autoría. Pese a que Leif GW Persson, el mediático criminólogo sueco que trabajó para la policía durante dos décadas y actualmente es novelista, explicó al diario Expressen que el atentando era previsible –«Avisé de que esto ocurriría, no es extraño que haya ocurrido justamente ahí»–, el director de la Säpo, Anders Thornberg, informó ayer de que la agencia de seguridad «no tenía indicaciones de que eso fuera a ocurrir ahora».
Dadas las similitudes con los atentados de Niza, Berlín y Londres se espera que el Estado Islámico reivindique la autoría del atentado. No sería en ese caso la primera ocasión, dado que en octubre 2016 ya asumió la responsabilidad de un ataque en la ciudad sueca de Malmoe. Si bien para Magnus Ranstorp, experto sueco en terrorismo islámico, aquella reivindicación en la revista Al Naba debería tomarse con cautela.
Con respecto al atentado de ayer, este analista de la Escuela de Defensa resaltó las similitudes con atentados pasados: «Mi pensamiento se dirige directamente a lo que ocurrió en Berlín y Niza. Hemos estado viviendo todo este tiempo de prestado. Suecia no está envasada al vacío», dijo. Por ese mismo motivo, la vecina Noruega extremó ayer su seguridad permitiendo que en las ciudades más importantes, así como en el aeropuerto de Oslo, su policía patrulle armada, lo cual no es habitual. También Finlandia incrementó el número de patrullas en Helsinki.
EL MUNDO – 08/04/17