1. «Línea directa» con Ciudadanos. Tras la fallida reunión con Sánchez, Mariano Rajoy encontró ayer en Albert Rivera un interlocutor con ganas de negociar y llegar a acuerdos. Formalmente, el presidente de C’s se mantiene en su abstención en la segunda votación de investidura. Pero ayer ya no pidió la cabeza de Rajoy, con la excusa de que ahora es el candidato a presidente designado por el Rey. Ni mostró la actitud hostil de Pedro Sánchez, que el martes cerró la puerta a alguna posibilidad de acuerdo con el PP.
2. «Pactar lo urgente». Rajoy tiene dos objetivos inmediatos: ser elegido presidente por el Parlamento y poder gobernar «con estabilidad». Para lo primero necesita al PSOE, según su planteamiento. Para lo segundo, a Ciudadanos, la formación con la que puede llegar a acuerdos políticos más fácilmente. Rivera aceptó ayer negociar con el PP los próximos Presupuestos Generales del Estado y el techo de gasto. Así, el PP podría sumar a sus 137 escaños los 32 de Rivera para sacar adelante leyes fundamentales. «Hoy ya me voy de aquí sabiendo que puedo negociar algo», dijo satisfecho el presidente.
3.Pacto contra el independentismo. Rivera proporcionó a Rajoy otro balón de oxígeno para apoyar al Gobierno: su propuesta de un pacto de Estado contra el independentismo al que podría también sumarse el PSOE.
4. Un factor para presionar al PSOE. Rivera utilizó gran parte de su comparecencia, tras estar 75 minutos con Rajoy, en presionar al PSOE para que permita la investidura del candidato del PP. El presidente en funciones conoce las buenas relaciones que existen entre el presidente de C’s y el secretario general del Partido Socialista. Al poner a Rivera de su lado, ahora se hace más fácil –aunque aún parezca lejano– que los socialistas puedan llegar a abstenerse si a lo largo de las conversaciones que empiezan, Rajoy convence a C’s de que vote a favor de su investidura.
Además, Rajoy sabe que la presión sobre Pedro Sánchez, tanto interna como externa, será muy fuerte en el caso de que él consiga sumar 170 votos favorables en el Congreso de los Diputados: los del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria. En ese caso, sería mucho más fácil que el PSOE cambiara su actual posición de voto.