Editorial-El Correo

Euskadi afronta el nuevo año con los Presupuestos renovados en sus instituciones, tras la aprobación ayer de las Cuentas autonómicas con el apoyo de PNV y PSE, socios de gobierno. Y esa necesaria estabilidad que aporta a la gestión el acuerdo es algo que no todas las comunidades pueden exhibir, viendo los adelantos electorales a los que se han visto obligadas autonomías como Extremadura o Aragón. Sin embargo, validar el proyecto presupuestario en el País Vasco es mucho más que un trámite, por mucho que jeltzales y socialistas lo hayan superado sin aparentes agobios gracias a la mayoría absoluta que suman sus votos.

En esta ocasión, no ha prosperado acercamiento alguno con Bildu y PP, ni en el Parlamento vasco ni en las Juntas Generales, salvo el caso de Podemos en Gipuzkoa. Para oposición y Gobierno, son las últimas Cuentas antes de entrar en año electoral por los comicios forales y municipales de mayo de 2027. Euskadi lo hace con el sosiego añadido de tener atado el Presupuesto vasco, ahora que se abre además un cambio de ciclo político en el conjunto de España de inciertas consecuencias tras el arreón de PP y Vox en las elecciones extremeñas frente a la debacle del PSOE.