ABC-IGNACIO CAMACHO
«Con Iglesias de ministro habría dos gobiernos. Uno informal para deliberar sin él y otro oficial para los acuerdos»
«SI Pablo Iglesias entra en el Gobierno habría que celebrar cada semana dos Consejos: uno B, informal, para deliberar sin él con cierta libertad, y otro A, el oficial, para tomar acuerdos colegiados». Quien habla es un veterano socialista andaluz, alejado de la actual dirección pero con amplia experiencia de alto cargo. «Nosotros hemos gobernado en Andalucía con Izquierda Unida y con el Partido Andalucista, y había asuntos que se trataban sin ellos, en reuniones oficiosas del presidente con los consejeros del PSOE. Eso tratándose de socios bastante leales, con una cultura de negociación muy responsable. Imagínate con Pablo dentro del Gabinete, incluso con Irene Montero. ¿Echenique? No estarás hablando en serio, ¿verdad?».
«La clave de este pacto es ésa: que Iglesias renuncie a ocupar personalmente un ministerio. En cuanto ceda, la investidura estará encarrilada y podría haber ministros de Podemos, o independientes propuestos por ellos. De otro modo, el presidente estaría en sus manos. No podría destituir al jefe del partido aliado y quedaría expuesto a que éste rompiese la legislatura en cualquier momento. Luego está el factor europeo: en Bruselas no hace gracia la idea por temor a que afecte a la estabilidad presupuestaria. Pero eso es soslayable siempre que no esté por medio una figura con tantas aristas. La cuestión esencial es de autonomía y de confianza, más que de compartir el poder; todo el mundo entiende que si una fuerza aporta la cuarta parte de los diputados de una alianza tenga ciertos derechos. Lo que pasa es que la personalidad de Pablo es demasiado invasiva para depositar en él la estabilidad de un proyecto. ¿Qué ocurriría, por ejemplo, si atacase la sentencia del procés desde el propio Gobierno?».
«¿Que si va a ceder? Sería lo razonable. Tal vez se quiera dar antes el gustazo de tumbar un primer intento para meter presión y autojustificarse. No le conviene la repetición electoral y lo sabe. Pero también sabe que Sánchez no se fía de otras elecciones por si se desmoviliza la izquierda; la derecha podría concentrar más voto en el PP y dar una sorpresa. En el partido se oye que Iván Redondo es partidario de ir a las urnas… Rajoy lo hizo y se siguió quedando corto, aunque sacó más escaños. Lo que está claro, para mí, es que Pedro ha hecho bandera de su independencia para formar el equipo y se vería como una debilidad que claudicase. Va a ser un pulso de gallitos, y ahí el que manda no se puede permitir quedar como perdedor».
«Si lo miras objetivamente, todos los factores aconsejan repetir los comicios con el viento a favor. Sin embargo, y aunque el PSOE creciera, Podemos retrocediese y la derecha no sumara mayoría, nada asegura que al final no haya que seguir dependiendo de los separatistas. ¿Vale la pena? Sólo te contestaría que sí en una hipótesis: que la repetición sirviese para cambiar el criterio de Rivera…».