Tonia Etxarri, EL CORREO, 22/8/11
La procesión va por dentro. Solapada por las fiestas. Eclipsada por el calor. Desbordada por la asistencia multitudinaria de jóvenes a la visita del Papa. O interrumpida por la afición de tantos ciudadanos a los toros, que se exhibe ya en la Aste Nagusia bilbaina. Pero ahí está, aunque de otra manera. No hay verano imaginable sin la propaganda de la izquierda abertzale. Pero este año, Bildu se han puesto su poder municipal y foral por montera para aprovechar el momento y dirigir la orquesta política provocando consternación en el mejor de los casos. Su habilidad para mostrar dos caras ( la del alcalde donostiarra Juan Carlos Izagirre y la del diputado general de Guipuzcoa, Martin Garitano) está haciendo pivotar a todos los partidos democráticos a su alrededor. La actitud del diputado general guipuzcoano exaspera al PNV sin disimulo. Su presidente Iñigo Urkullu no ve otra intención en la oferta electoral de crear un frente electoral abertzale, que la de intentar fagocitar al partido mayoritario. Todos los demás se rasgan las vestiduras al oir a Martin Garitano calificar los atentados de ETA en Cataluña de “más que un error” porque entienden que, con sus declaraciones, ha discriminado de forma perversa a las víctimas del terrorismo por comunidades. Desde el gobierno vasco hasta los colectivos de víctimas se lamentan de la “falta de catadura moral” de la izquierda abertzale. Al consejero Ares le parece un mensaje tan obsceno que vuelve a recordar que a Bildu le faltan unos cuantos hervores para llegar a ser un partido democrático. Pero la cuestión no está en la discriminación que tanto le recriminan ahora a Martin Garitano y que recuerda por cierto la desafortunada incursión del ex dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya, Carod Rovira, cuando se desplazó hasta Perpiñan para pedir a ETA que les perdonara la vida a los ciudadanos catalanes. No. La cuestión no está en la discriminación sino en que Martin Garitano sigue sin condenar la violencia etarra, que es lo que todo el mundo le está exigiendo. Y ahí andan todos. Liados en la madeja, unos dias después de que el alcalde de San Sebastian , con una actitud de menor confrontación que la de su compañero de formación electoral, lograra confundir al Partido Popular . Su presidente Antonio Basagoiti le había negado el saludo, en las fiestas de la Blanca por no haberse desmarcado de la violencia, mientras que en las fiestas de San Sebastian el edil popular brindaba con el alcalde. Son dos caras de la misma moneda que Bildu intentará combinar ahora que volvemos a estar en campaña electoral, a pesar de las fiestas. Cuestión de olfato. Los demás dirigentes políticos no están siendo tan hábiles estos dias de turnos de portavocías veraniegas un tanto atropellados. El PNV ayer puso a su representante parlamentario en el Congreso de los Diputados Juan Carlos Erkoreka ante los micrófonos para quejarse de lo mucho que está saliendo en los telediarios el candidato socialista Alfredo Perez Rubalcaba que está teniendo una actividad tan frenética que obligó al portavoz nacionalista a salir al escaparate sin tener nada especial que decir , salvo que él también está de guardia aunque no se le note. En estos tiempos de crisis que nos está tocando vivir , hemos visto a un millón y medio de jóvenes por Madrid con ganas de contagiar su energía positiva , entusiasmados con la visita del Papa Benedicto XVI, sin necesidad de propagar consignas de enfrentamiento. Una forma muy especial de comunicar los ideales. Por eso Zapatero, que se halla inmerso en pleno lavado de imagen electoral en el último minuto de prórroga de su mandato, tuvo el olfato suficiente para estar a la altura y cumplimentar al Papa por primera vez desde que es presidente después de haber desperdiciado la misma oportunidad en dos ocasiones anteriores en las que Benedicto XVI estuvo en Valencia, Santiago y Barcelona.
Pero quedan pocos días para el final del lapsus vacacional y cada uno deberá exprimir al máximo su olfato para situarse de cara al 20 N. El presidente Zapatero ya ha empezado queriendo reconciliarse con el mundo católico, especialmente con tantos jóvenes de voto activo. El PP vasco tiene que encontrar rápidamente el equilibrio entre la negativa a dar la mano a los de Bildu en Vitoria y brindar con ellos en San Sebastián. El lehendakari deberá sacar brillo a su liderazgo sin necesidad de hacer partidismo fiscal. Mejorar su impulso de gobierno y gabinete y ofreciendo un itinerario claro a la sociedad vasca para llegar a la paz y a la libertad de los ciudadanos sin ceder un ápice ni en el terreno politico ni en el moral. Y el PNV, que está resistiéndose a la Opa hostil electoral de la izquierda abertzale, deberá encontrar la piedra filosofal que le permita mantener su respaldo social sin recurrir al “ibarretxismo” ni dejar el flanco autonomista abierto, mientras despeja su casa de liderazgos territoriales y unifica el poder interno ahora un tanto disperso.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 22/8/11