Ignacio Ruiz-Jarabo-Vozpópuli

Es el triunfo de la extorsión independentista debido a las muchas necesidades y escasos principios que tienen Sánchez y los socialistas que lo acompañan

Definitivamente ha sucedido. Sánchez y el PSOE se han rendido y, tal como le vienen exigiendo los de ERC desde que suscribieron el documento que contenía el acuerdo que hizo al primero presidente del Gobierno, han entregado a la Generalitat las llaves de la caja. La rendición ha sido de tal calibre que junto a las llaves y la propia caja le han entregado también lo que quedaba de honra socialista.

Hora es de recordar que cuando se hizo público el reseñado documento, todos los socialistas con cargo -fuera en el partido, fuese en el Gobierno- negaron que fueran a hacerse lo que ahora se ha acordado. Repetían todos a coro que la solución del cupo a la catalana era un sueño independentista y que el PSOE ni lo había aceptado ni lo aceptaría. Hace tan solo unos días, la peculiar ministra de Hacienda lo rechazaba tajantemente. Pero las complicaciones surgidas para lograr la investidura de Salvador Illa y, quizás, la necesidad de tapar informativamente los problemas judiciales de la familia Sánchez han obrado el milagro y, finalmente, lo que era un desiderátum independentista es hoy un acuerdo adoptado por el Gobierno español ¡Porca miseria!. Cataluña tendrá su sistema de cupo a imagen y semejanza del que tienen los navarros y los vascos pero sin la justificación de los derechos históricos reconocidos constitucionalmente.

Sí, con el acuerdo del actual Gobierno de España, Cataluña se saldrá del régimen común de financiación autonómica salvo que la proyectada reforma de la LOFCA en la que se pretende cometer el atropello se estrelle contra el muro de la debilidad parlamentaria de Sánchez. Se atropellará así el principio constitucional de solidaridad interterritorial, se pondrá en peligro la financiación de los servicios públicos básicos -educación, sanidad- en todo el territorio español, se dificultará la gestión del sistema tributario estatal y, definitivamente, se resquebrajará el principio de igualdad entre los españoles.

No es preciso contra argumentarles, basta escuchar a los líderes de ERC para conocer el sentido último de lo que buscaban y han conseguido: Las llaves de la caja para quedarse su contenido

Faltaría más, ya han salido voces del Gobierno y del PSOE afirmando que nada de esto va a pasar y que, en concreto, la caja común del sistema no va a sufrir merma. Nos quieren hacer creer que la batalla de los independentistas no busca racanear la contribución de Cataluña al fondo común de solidaridad. No es preciso contra argumentarles, basta escuchar a los líderes de ERC para conocer el sentido último de lo que buscaban y han conseguido: Las llaves de la caja para quedarse su contenido. No hay otra. El cupo a la catalana no es el triunfo del diálogo y de la política como sin perder su forzada sonrisa ha afirmado la ministra Alegría. Es el triunfo de la extorsión independentista debido a las muchas necesidades y escasos principios que tienen Sánchez y los otros socialistas que le acompañan en su viaje hacia la negritud.

Los funcionarios de la AEAT

Y a partir de ahora o, por ser más precisos, cuando el cupo a la catalana esté operativo, a ver quien les explica a los extremeños, cántabros, aragoneses o castellanos manchegos por qué van a disponer de menores recursos para financiar su educación o su sanidad. A ver quien les explica a los contribuyentes residentes en el resto de España por qué en el IRPF, en el IVA o en el Impuesto sobre Sociedades se les aplica por la AEAT criterios de gestión y de inspección diferentes a los aplicados por la Agencia Tributaria de la Generalitat a los residentes en Cataluña. A ver quien les explica por qué los criterios empleados para fraccionar el pago de su deuda tributaria por los citados impuestos difieren de los que se utilizan en Cataluña. A ver quien les explica a los inspectores de la AEAT por qué en la realización de sus inspecciones van a tener las dificultades que tendrán para obtener información fiscal de las operaciones económicas que se realicen en Cataluña, 20% del PIB español. Y a ver quien les explica a los funcionarios de la AEAT destinados allí por qué van a ser traspasados obligatoriamente a una Administración autonómica que tiene el gen independentista metido hasta el tuétano. Todo ello a falta de conocer cómo se concreta lo acordado sobre el aumento de la capacidad normativa de la Generalitat en materia tributaria, cuestión que puede llegar a ser abracadabrante.

Adicionalmente, es preciso subrayar que el acuerdo PSOE-ERC para instaurar el infausto cupo a la catalana supone quebrar unos de los consensos básicos de nuestra democracia. Hasta ahora, todo el ordenamiento jurídico que afecta al desarrollo del Título VIII de la Constitución ha sido pactado al menos por los dos grandes partidos de nuestro sistema político. Con el acuerdo para instaurar el concierto catalán, Sánchez agrede también a esta norma de conducta seguida en nuestra democracia.

Un agresión contra todos los españoles

Debido a su peculiar idiosincrasia, solo Sánchez sabe por qué y para qué ha decidido llegar a un acuerdo como el pactado con ERC. Allá él con sus motivos, allá él con sus razones. Pero la villanía de la agresión cometida contra el conjunto de los españoles, contra los principios constitucionales de igualdad y solidaridad, contra la solidez de nuestra Hacienda Pública, contra el corazón de nuestro sistema de financiación autonómica y contra la provisión de los servicios públicos básicos en más de media España es de una dimensión estratosférica.