La organización terrorista, que desde hace 50 años ha matado a más de 800 personas en su pretensión de lograr la independencia del País Vasco, se encuentra más débil que nunca, a tenor de los importantes golpes policiales que ha ido sufriendo en los últimos tres años y de su poca actividad desde 2009.
La colaboración entre España y Francia ha permitido las constantes detenciones de presuntos miembros y colaboradores de la banda terrorista
Madrid.- ETA ha vuelto a quedar descabezada. Dos de sus cuatro presuntos terroristas detenidos el jueves por la noche en Francia, Alejandro Zobaran Arriola, alias «Xarla», y Mikel Oroz Torrea, «Peru», son los responsables del aparato militar y logístico del grupo independentista armado vasco, según confirmó hoy el Ministerio del Interior español.
Estas detenciones «debilitan aún más a ETA» y «nos acercan más al final de la violencia», aseguró el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, indicó DPA.
La organización terrorista, que desde hace 50 años ha matado a más de 800 personas en su pretensión de lograr la independencia del País Vasco del resto de España, se encuentra más débil que nunca, a tenor de los importantes golpes policiales que ha ido sufriendo en los últimos tres años y de su poca actividad desde 2009.
Desde el 30 de julio de ese año, cuando voló por los aires el vehículo de dos guardias civiles en la isla de Mallorca, no ha vuelto a matar en suelo español.
No porque no quiera, sino porque «no ha podido», según ha asegurado en reiteradas ocasiones el vicepresidente primero del gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
La desarticulación, la semana pasada, de uno de sus comandos terroristas, con la detención de cuatro presuntos etarras en el País Vasco, puso de hecho de manifiesto su intención fracasada de matar en 2010 al jefe del Ejecutivo vasco, el socialista Patxi López, y la de volar las torres KIO, dos de los rascacielos más emblemáticos de Madrid.
Las detenciones de presuntos miembros y colaboradores no dejan de sucederse, gracias sobre todo a la colaboración entre España y Francia. De hecho, desde que ETA anunció en enero su último alto el fuego hasta el momento, ya son 30 los presuntos etarras arrestados por las fuerzas de seguridad de los dos países, entre ellos los responsables del aparato militar y logístico arrestados el jueves en la localidad de Willencourt, en el norte de Francia.
A ese alto el fuego anunciado en enero y rechazado por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ETA había llegado ya muy debilitada.
«Xarla», de 29 años, es de hecho su sexto jefe militar detenido en apenas dos años y medio, desde que en mayo de 2008 fue arrestado en Francia el entonces «número uno» del grupo armado, Francisco Javier López Peña, alias «Thierry». Y no ha llegado a cumplir un año en su puesto. El destino de «Xarla» lo siguieron antes Mikel Garikoitz Aspiazu – alias «Txeroki»-, Aitzol Iriondo, Jurdan Martitegi, Ibon Gogeaskoetxea y Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe -alias «Ata»-, arrestado en mayo del año pasado y predecesor directo del nuevo jefe caído.
Con «Xarla», contra el que pesaba una orden internacional de busca y captura, no sólo cae el jefe del aparato militar de ETA. Cae también un miembro del grupo armado que está acusado de haber formado parte, entre 2005 y 2007, de dos comandos terroristas, el «Donosti» y el «Urederra», muy activos. Las fuerzas de seguridad creen también que ha sido uno de los responsables de la fabricación de explosivos de ETA en los últimos tres años.
Al otro presunto dirigente etarra detenido el jueves por la noche, Mikel Oroz Torrea, alias «Peru», los investigadores españoles lo consideran el lugarteniente de «Xarla» y el responsable del aparato logístico de la organización independentista armada, en la que se encargaba de la elaboración y el suministro de explosivos a los comandos terroristas.
Más allá de los importantes golpes policiales sufridos, ETA ha visto además en los últimos tiempos cómo iba en aumento el número de sus presos que decidían abandonar sus filas o criticarla abiertamente.
Muchas veces se ha hablado además en España del distanciamiento político entre la organización separatista vasca y la izquierda independentista radical.
Su ilegalizado entorno político abogó públicamente hace meses por la desaparición de «todo tipo de violencias», si bien sin citarla directamente. Y el mes pasado presentó el primer partido político, Sortu, que rechaza explícitamente la violencia de ETA, aunque la Justicia española estudia aún si se trata de una nueva estrategia del grupo armado o es realmente el «punto de inflexión» que asegura ser en el camino de la izquierda independentista radical vasca.
EL UNIVERSAL (Venezuela), 11/3/2011