Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 2/10/12
La Vanguardia se está convirtiendo en un periódico fascinante. El domingo pasado, día de encuestas, reproducía una con valores propios. “CiU se acerca a la mayoría absoluta y el PSC se hunde” decía el titular, tal como lo pueden ver aquí arriba. Descartemos lo que se refiere al PSC, ya que todas las encuestas coinciden en sus malos augurios y centrémonos en los convergentes y unidos. Efectivamente, la mayoría absoluta en el Parlament está en 68 escaños y la coalición que apoya a Mas apunta a 66-67 parlamentaris.
Otras encuestas auguraban a CiU:
El Mundo: 64-65 escaños.
El Periódico: 64-65 escaños
La Razón: 58-59 escaños.
La horquilla de resultados para CiU está entre los 58 de La Razón y los 67 de La Vanguardia. Está bien. Como decía Paul M. Sweezy, un economista marxista de por entonces, el que paga al gaitero pide la tonada. Pero reparen ustedes en los muñequitos de la izquierda. La muestra de población recoge la intención de voto de unos ciudadanos a quienes se ha preguntado previamente por lo que hicieron en la giornata particolare, el día de la gran manifestación. Ettore Scola ya nos había mostrado una historia de amor entre un ama de casa, Sofía Loren, y un profesor, Marcello Mastroianni el día que las calles de Roma se llenaban de uniformes y banderas. Qué gran película para un cineasta catalán. La misma historia que la de Scola, pero con los dos amantes conociéndose en la manifestación e interpretados por Ariadna Gil y Joel Joan.
Lo más normal sería preguntar por el recuerdo de voto, pero se entiende que habiéndose producido el día Onze un hecho fundacional, hayan partido de ahí. El público encuestado se reparte en tres contingentes:
No asistieron a la manifestación: 36,5%
Sí asistieron a la misma: 33%
No asistieron, pero les habría gustado asistir: 30,5%
NS/NC: 0%
No puede ser. El grupo de catalanes que No Sabe/No Contesta ¡es un conjunto vacío! Esto tiene su mentís en la encuesta cualitativa que está desarrollando Arcadi Espada y en la que un porcentaje muy elevado de encuestados afirman no tener todos los datos para opinar. Y son todos catalanes listos: Ferrán Adriá, Josep Cuní, Pere Gimferrer (de la real academia Española), Ramón Condal (presidente del Espanyol), Custo Dalmau (diseñador), Pau Gasol (abanderado de la selección Española de baloncesto y de la Delegación Olímpica Española en los JJOO de Londres), Gemma Mengual (ex nadadora olímpica española), Isidre Fainé, Manuel Lao (Cirsa), Eduardo Mendoza, JJ Moreso (rector de la Universidad Pompeu Fabra) y Antonio Ramírez (propietario de la Librería la Central en Madrid y Barcelona). La única, honrosa excepción de Victoria Camps, que sí sabe, sí contesta y no es partidaria.
Es evidente, por otra parte, que a la categoría “No asistió, pero le habría gustado asistir”, le falta su parte complementaria: “Asistió, pero le habría gustado no asistir”, categoría que, a buen seguro, era numerosa. El rigor también debería haber llevado a añadir un subapartado para los que sí asistieron, pero casualmente: transeúntes y turistas: un sábado de verano por la tarde con un recorrido que ya estaba lleno antes de que empezara la manifestación.
Y llegamos a la cuestión principal. La tercera parte de los encuestados blasonan/confiesan (haber asistido a la manifestación), un 33%. Si la encuesta de La Vanguardia es honesta -jamás me atrevería yo a ponerlo en duda- eso quiere decir que el número real de asistentes a la manifestación fue el 33% de 7.565.603 habitantes, (último censo de la Generalitat). O sea, 2.496.649 manifestantes. Para que luego digan que los cálculos de los dirigentes nacionalistas al cifrarla en 1.500.000 eran exagerados. Pecaron, como siempre, de prudentes. O sea, por rehacer el cálculo de Artur Mas, ese talento estadístico: es como si se hubieran manifestado en Madrid 15.524.185 españoles.
También cabe la posibilidad de que los manifestantes mintieran un poquito. En los actos fundacionales, la gente siempre saca pecho a toro pasado. Hubo millones de españoles en el mayo francés del 68, millones de franceses peleando contra el invasor nazi en la Resistencia o haciendo antifranquismo en Montserrat. No se conoce en cambio ningún caso de catalán que hubiera sido franquista en algún momento de su vida. Había una: mi admirada Esther Tusquets, pero lamentablemente se nos murió a finales de julio.
La Vanguardia, esa punta de lanza, la puntita nada más. Creo que voy a suscribirme.
Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 2/10/12