EL PAÍS, 12/7/2011
El abogado surafricano Brian Currin se mostró ayer convencido de que ETA no irá «en contra» de la izquierda abertzale en la apuesta que este sector político dice haber hecho por las vías pacíficas y democráticas. Añadió que hay «una base firme» para conseguir la paz en Euskadi y se mostró «optimista» por lo que pueda suceder en los próximos dos años.
Currin se manifestó así en un curso de verano de la UPV celebrado en San Sebastián bajo el título Euskal Herria: realidad y utopía, en el que explicó sus experiencias en los procesos de paz de Suráfrica e Irlanda del Norte. Para referirse al caso vasco, Currin constató que se están dando «cambios», aunque todavía «no se ha iniciado», en buena parte porque el Gobierno español no ve necesaria una negociación con ETA y prefiere continuar con la estrategia de «acabar» con la banda terrorista.
El líder del denominado «grupo internacional de contacto», eso sí, consideró muy positiva la decisión de la izquierda abertzale de apostar por la política desterrando la violencia. Currin hizo un listado de nueve condiciones necesarias para desarrollar con éxito un proceso de paz, ninguna de las cuales, a su juicio, se dan en Euskadi. Citó, entre otras, que los procesos sean transparentes y estructurados, que las partes implicadas se comprometan a dar pasos en favor de la paz, que cuenten con el respaldo de quienes empuñan las armas, que permitan la participación de los ciudadanos o que cuenten con la crítica constructiva de los medios de comunicación.
Fin al juicio a Otegi
Currin destacó la importancia de los líderes en un proceso de paz, como el caso de Nelson Mandela en su país. En este punto, abogó por la excarcelación del exportavoz de la ilegalizada Batasuna Arnaldo Otegi y opinó que el juicio que se sigue contra él y otros dirigentes abertzales en la Audiencia Nacional por el denominado caso Bateragune debería haberse suspendido para favorecer el comienzo del proceso de paz.
En su opinión, Otegi, que expresó ante el tribunal su total compromiso con la paz, debería ser «parte activa» de una eventual negociación para conseguir la paz.
En una intervención anterior, Ibarretxe insistió en que su decisión «está tomada» y no volverá a la política porque está «muy a gusto» en su actual tarea como profesor universitario.
EL PAÍS, 12/7/2011