EL CORREO, 22/4/12
El abogado sudafricano, de visita en San Sebastián, cree que «no hay tanto riesgo en liberar a algunos presos» ahora que la banda «no tiene armas»
El abogado sudafricano Brian Currin sostuvo ayer en San Sebastián que «no hay que pedir la disolución de ETA», ya que su total desaparición entrañaría «un riesgo» porque sus reclusos no contarían entonces con «ninguna organización» que les ayude a reintegrarse en la sociedad cuando salgan de la cárcel. En un momento en el que todas las fuerzas políticas vascas demandan a la izquierda abertzale que exija a la banda que se disuelva, el líder del grupo de mediadores internacionales insistió en que pedir la desaparición de la banda «ya no viene a cuento».
Currin se pronunció en ese sentido antes de asistir al estreno del documental ‘Gazta zati bat’, dirigido por el bertsolari Jon Maia, que se proyectó ayer en el marco del Festival de Cine y Derechos Humanos de la capital donostiarra. El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, y el alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, ambos de Bildu, también asistieron a la proyección, que contó además con la presencia del portavoz del PNV en las Juntas Generales de Gipuzkoa, Markel Olano, y del histórico miembro de la izquierda abertzale Karmelo Landa.
El coordinador de Lokarri, Paul Ríos, acompañaba a Currin a su llegada al teatro donostiarra, donde el abogado sudafricano insistió en que
«en Irlanda del Norte todas las organizaciones paramilitares, al final de la violencia, jugaron un papel muy importante». «No desaparecieron sino que cambiaron su rol y ayudaron mucho cuando los presos salieron de la cárcel en su integración en la sociedad», abundó. Para reafirmar su tesis, aseguró que ETA «ya no existe como organización armada» y que, por lo tanto, «su disolución no es un problema» ni un asunto determinante. Incluso, añadió que el propio Ministerio de Interior considera que la capacidad operativa de la banda está muy diezmada y que ya no conserva grandes arsenales ni depósitos de armas con los que poder recuperar su actividad armada con garantías.
Un entorno «democrático»
El líder del denominado Grupo Internacional de Contacto -avalado por la izquierda abertzale, pero al que ni el gobierno central ni el vasco conceden validez oficial- opinó, en cambio, que sí es «crítico» abordar próximamente la situación de los presos etarras. En su opinión, ya que ETA «no existe, no tiene armas y no va a usar más la violencia, no hay tanto riesgo inherente en liberar a algunos presos» dado que «irán a un entorno no violento, a un entorno democrático». Currin puso de nuevo el ejemplo de Irlanda del Norte, donde algunos reclusos comprometido con los medios pacíficos fueron liberados antes de tiempo, bajo ciertas condiciones, e insistió en que le toca al Gobierno «mover ficha».
En el mismo sentido, aunque con lenguaje más beligerante, se pronunció ayer el dirigente abertzale Pernando Barrena, que acusó al «Estado español» de «querer dejar que el proceso democrático se pudra como agua estancada». Barrena, que compareció en San Sebastián junto a simpatizantes encausados en diferentes sumarios relacionados con la antigua Batasuna, aseguró que el Gobierno inició durante el mandato de Aznar una «política de rodillo policial y judicial», consistente en «detenciones e ilegalizaciones» contra la izquierda abertzale, que ha seguido «rodando» con Zapatero y, ahora, con Mariano Rajoy.
EL CORREO, 22/4/12