ARCADI ESPADA-El Mundo
Así se pone de manifiesto en la actividad de sus dos descendientes principales, Doctor Sánchez y Pablo Iglesias. La influencia se advierte en sus políticas sonámbulas, pero sobre todo en su ansia infinita de cursilería. Uno y otro han dado recientemente a la imprenta dos piezas notables. La de Iglesias relata su experiencia de padre de gemelos prematuros y la de Sánchez su proceso de conversión en doctor. Esta última se completó al día siguiente con un par de ilustraciones que hicieron sus hijas por encargo de su canguro Iván y que decían te quiero papi. Es sabido qué implacable evaporación sufren, en general, los sentimientos exhibidos. Por eso conviene llorar poco, aunque sea a solas. Cuando esa exhibición se mezcla con los intereses, en este caso políticos, es frecuente que la cursilería ocupe el lugar de los sentimientos y pringue con su larga lengua de almizcle cualquier resto de sencillez y de nobleza.
Entre todas las impunidades de la izquierda la estética está poco descrita y es francamente insoportable. La constante insistencia de sus cursilinos, por no hablar de sus ursulinas, en su condición humana, humanísima, está ya amortizada. Sabiendo ya que son hombres y mujeres que sienten, deberían centrarse ahora en la demostración, ciertamente dificultosa, de que son políticos y razonan.