- Nuestra vicepresidenta primera y número dos del PSOE tiene muy claro que el caso del hermano se basa «en bulos de la extrema derecha»
Para gozar del voluble favor de Mi Persona toca arrastrase, pues estamos ante un moderno émulo de Tiberio, de carácter revirado y cierta propensión iracunda (con la diferencia de que el resentido césar romano fue un gran administrador). Nada mejor que el pelotilleo de toda la vida para sobrevivir en el pedrolismo. Y no existe lisonja mayor al Líder Supremo que defender a su parentela cuando se cuece en los juzgados.
Así lo han hecho raudo Bolaños y Marisu ante la apertura de juicio contra David Sánchez, el Hermanísimo y coautor de la afamada Danza de las chirimoyas, acusado de malversación y tráfico de influencias. El ministro de Justicia, acosador oficial de los jueces, ha criticado las «prisas sorprendentes» de la magistrada de Badajoz. Por su parte, Marisu de Triana, insólita ministra de Hacienda y número 2 del PSOE, lo ha dado todo. Con su habitual alboroto nervioso, la fenómena que hace un par de meses se cargó la presunción de inocencia, proclama muy enojada que la decisión de la jueza «se fundamenta en un bulo de la extrema derecha».
Admirable Marisu, no osaremos a cuestionar la ecuanimidad y capacidad de análisis de una estadista de tu categoría, pero tal vez te interese repasar los hechos:
En la primavera de 2017, David Sánchez, de nombre artístico David Azagra, era un desempleado de 43 años, que no lograba encontrar trabajo tras haber retornado de Rusia, donde se había tirado ocho años formándose como director de orquesta en San Petersburgo. El maestro Azagra no tenía conexión alguna con Extremadura. Pero su hermano mayor, un tal Pedro, sí.
El 8 de mayo de 2017 comienzan las primarias del PSOE. Pedro elige Don Benito para su banderazo de salida, pues guarda amistad con su alcalde, Quintana, influyente en el PSOE local y al que andando el tiempo premiará elevándolo a delegado del Gobierno. El tal Quintana fue uno de sus dos representantes ante el comité de Ferraz que organizó aquellas primarias.
La oferta de la plaza de «coordinador de actividades de los conservatorios» de la Diputación de Badajoz se publica el 19 de mayo de 2017. Ya en esa fecha, el director de uno de ellos envía un mail privado con la palabra «hermanísimo» en el asunto. Dos días después, Sánchez gana las primarias y vuelve a liderar el PSOE.
El 27 de junio se procede a la evaluación de los once aspirantes (a cargo de gente del PSOE extremeño sin especialización musical alguna). La entrevista a los candidatos se considera clave. El 29 de junio, la diputada provincial encargada de la Cultura señala que el maestro Azagra, el hermanísimo, es el más idóneo, sobre todo por lo que ha demostrado en la entrevista cara a cara. Una de sus competidoras, directora de orquesta, ha revelado que a ella no le hicieron entrevista alguna. El 30 de junio se le adjudica la plaza a David y firma su contrato el 10 de julio.
El hermanísimo, que como tantos genios se ha mostrado bastante patoso en las menudencias prácticas, contacta días antes de obtener la plaza con Airbnb, comentando a un casero que va a necesitar un piso para largo porque va a trabajar en Badajoz. De este modo delata que ya sabe el resultado del concurso antes de su resolución.
Una vez dentro de la Diputación, al eminente artista le da por el absentismo laboral. No acude a la oficina casi nunca, a pesar de que su contrato establece un trabajo presencial y continuo en el conservatorio. Como eso le aburre, se entretiene organizando óperas frikis que no interesan a nadie. Para encubrir tan anómala situación, la Diputación le cambia de cargo sobre la marcha el 31 de diciembre de 2022. De tapadillo, en pleno fin de año, lo nombran jefe de la Oficina de Artes Escénicas. Todos estos chanchullos pasan desapercibidos para el gran público, aunque suscitan ya una queja de Podemos a nivel local.
En diciembre de 2023, un periodista de El Debate, Alejandro Entrambasaguas, comienza a fijarse en la curiosa actividad de David Sánchez en su oficina musical. El día 11 de ese mes, publica en este periódico que el Ministerio de Cultura de Sánchez había firmado en abril un convenio para que Ópera Joven, dirigida por David, se beneficiase de los fondos europeos. La primera entrega fueron 130.000 euros para una ópera delirante (un diálogo entre tres perros de la lucha antiterrorista), que recaudó 2.000 euros y llenó solo medio aforo en su primera y única representación en Badajoz.
A ello se unen rumores de que David Sánchez no acude a trabajar y que vive en Portugal, donde tributa mientras es empleado de una administración española. Entrambasaguas decide hacer trabajo de campo y viaja a Badajoz varias veces para investigar sobre el terreno la actividad laboral del hermano del presidente. Allí constata de primera mano que no acude a trabajar a su despacho de la Diputación y que muchos días pasa su jornada en algún café con su portátil, o desaparecido, pues vive semioculto.
Las revelaciones de El Debate hacen que la Diputación busque un centro de trabajo más discreto para David, abriéndole un despacho en un piso, hecho que también descubre el periodista, que además se encuentra con que el hermanísimo se ha traído de Madrid a un funcionario de la Moncloa para que lo ayude y conforte en su estancia en Badajoz. La desfachatez de la Diputación llega al extremo de que para justificar la presencia de ese amigo y colaborador de David se inventan un cargo para él, que rozando lo cómico es el siguiente: «Jefe de sección de programas y actividades transfronterizas».
Todo lo que ha ido contando El Debate resulta ser tan cierto que la justicia se pone en paralelo en marcha. Una vez recibidos los informes policiales y escuchados los testigos, la jueza tomó por fin este miércoles la decisión de sentar en el banquillo al Maestro Azagra, impulsor de la ópera La paz perpetua y coautor de La danza de las chirimoyas, por ser protagonista de un dedazo épico en la Administración —y ya imaginan de quién era el dedo— y por no tomarse ni siquiera la molestia de cumplir con el trabajo que le regalaron.
Así que, admirable Marisu, ya está bien de faltar al respeto a los tribunales y a los periódicos que hacen su trabajo. De «bulo de la extrema derecha», nada, señora. Basta de borderías despectivas, por favor, porque lo que hay aquí es un caso de nepotismo de manual y un escándalo político. Si contásemos con una democracia sana, un presidente mínimamente decente y una oposición eficaz, el mandatario ya se habría ido a casa, porque «la corrupción destruye la fe en las instituciones y en la política cuando no hay una reacción firme desde la ejemplaridad» (Sánchez dixit).