ABC 14/06/13
ITZIAR REYERO BILBAO
El expreso Aguirre Aguiriano guía a Bolinaga en su ronda por los bares
Apunto de expirar el plazo de meses de esperanza de vida que le otorgaron los médicos del hospital Donostia, el secuestrador de Ortega Lara y asesino etarra Uribetxeberria Bolinaga continúa con su rutina en libertad, rodeado de sus hermanos y amigos y «protegido» por los simpatizantes de Bildu en Mondragón, su «territorio».
El cáncer «terminal» que padece y que le valió la excarcelación por «razones humanitarias» en septiembre del año pasado limita sus pasos como mucho hasta el centro hospitalario de la capital donostiarra, adonde debe acudir periódicamente para someterse a la revisión del oncólogo. Pero sus salidas por el pueblo, siempre acompañado, son habituales, según han grabado las cámaras de televisión, que captaron su primera visita al ayuntamiento e incluso a una taberna, apenas un día después de abandonar el hospital, el 23 de octubre de 2012.
Sin arrepentirse
Lo cierto es que pese a lo delicado del estado de su salud –cáncer de riñón y cerebro–, Bolinaga nunca renunció a recuperar parte de su vida de juventud, arropado por los suyos, que le dispensaron un «ongi etorri» con todos los honores con el consiguiente agradecimiento del terrorista condenado. «Eskerrik asko Euskal Herria» (Gracias Euskal Herria) fueron sus primeras palabras grabadas desde la cama de la clínica en San Sebastián. Desde entonces, y pese a la fuerte polémica que despertó su caso, especialmente entre las víctimas de ETA, el enfermo no ha modificado demasiado sus hábitos, ni mucho menos sus convicciones. «Sé que causé daño, pero no me arrepiento», dijo a una cámara oculta de Intereconomía a principios de año. Aún es más, Bolinaga mantiene el contacto con sus viejos compañeros de militancia terrorista, según fuentes consultadas por ABC, y de ahí que se le haya solido de «comandita» por el pueblo con otro ex preso sanguinario, Jon Aguirre Aguiriano, vecino también de Mondragón que salió de prisión en 2011 tras cumplir condena de treinta años por varios asesinatos, entre ellos el de un niño de 13. Desde entonces, Aguirre Aguiriano ha mantenido una intensa actividad como portavoz del colectivo de presos de ETA y en los últimos tiempos ha ejercido de guía a su comilitón por las tabernas del barrio Musakola.
«Suelen ir juntos de ronda habitual por los bares. No sé si él en concreto bebe vino o agua, pero anda con su amigo como cualquier otro vecino. Hace vida normal», asegura un trabajador del ayuntamiento que vive cerca de Bolinaga. Se da la circunstancia además de que Batasuna situó a Aguiriano en la lista de presos enfermos por padecer «diabetes complicada, cardiopatía severa, dos hernias discales y un proceso de artrosis generalizada que limita su movilidad de manera permanente», según se puede leer en un informe de Etxerat colgado aún en internet. Aguiriano salió tras cumplir condena íntegra.