Alberto Ayala-El Correo
Parecía que Pedro Sánchez, el PSOE, la izquierda se iban a jugar su futuro político básicamente en función de la marcha de la economía. También, aunque en menor medida, por las indeseadas consecuencias de la denominada ley del ‘solo sí es sí’ que, según datos oficiales de ayer, ya ha propiciado 721 reducciones de condena y 74 excarcelaciones de pederastas y violadores. Pues bien, tras el estallido del denominado ‘caso Mediador’, del escándalo del ‘Tito Berni’, el exdiputado socialista canario Fuentes Curbelo, ya no está tan claro.
El mundo político daba por amortizados los escándalos de corrupción a efectos electorales. En este momento casi nadie parece tenerlo ya tan claro. Y es que un escándalo de tráfico de influencias, de comisiones ilegales, con diputados de por medio, un general de la Guardia Civil, empresarios, mujeres prostituidas y cocaína, circunstancias todas ellas que concurren en el caso del ‘Tito Berni’, podrían tener consecuencias en los comicios locales de mayo.
Quien más quien menos que haya visto alguna de las imágenes que tenía el mediador en los 152.000 archivos de móvil que guardaba y tenga unos añitos habrá recordado las repugnantes imágenes de quien fue director general de la Guardia Civil en los años 90 con el PSOE, Luis Roldán, en calzoncillos, semitapado con un gran cangrejo de plástico, rodeado de prostitutas y drogas, persiguiendo a su ‘novia’ de entonces. Pocos días después huiría. Para terminar cumpliendo una larga pena en prisión. Fue otro de los episodios que acabaron con Felipe González, además, claro, de los GAL.
El mediador ha relacionado con la trama a otros quince cargos socialistas. También dice haber tenido contactos con el actual líder del PP canario. Trabajo para la Justicia. Pero el PSOE, además de condenar los hechos y expulsar al ‘Tito Berni’, como ha hecho, haría bien en apoyar la comisión parlamentaria de investigación que exige el PP. Las dudas en estos casos siempre resultan sospechosas, sea el afectado el PSOE, el PP, Convergència o el PNV, que de esto de la corrupción pocos se libran.
Empeoran las cartas para el PSOE de cara a la partida del 28-M. Y más tras el escándalo de la ley del ‘sólo sí es sí’, que sigue sin resolverse. Y tras la cabezonería de Calviño, Montero o Planas en empeñarse en sostener que la bajada del IVA de determinados alimentos contendrá más pronto que tarde una cesta de la compra que sigue desbocada, para tremendo enfado ciudadano.
De nada han servido los ‘whatsapps’ que se han conocido estos días de la cacería con pruebas sin contrastar o directamente falsas que llevaron a cabo el ministro del Interior de Rajoy, Jorge Fernández Díaz, y su número dos, Francisco Martínez, contra el independentismo catalán y contra Podemos. O los contactos absolutamente inaceptables de Martínez y el presidente de la Audiencia Nacional, cuando el primero ya estaba procesado. Arrasa ‘Tito Berni’.
La decisión de Ferrovial de trasladar su sede social a Países Bajos ha originado un tremendo enfado en Sánchez y Calviño, absolutamente lógico por el negativo mensaje de nuestro país que transmite en determinados círculos. Pero dudo que tenga costos electorales relevantes. A fin de cuentas, si se trata de un problema de confianza política, y no sólo de ahorro de impuestos como sospecho, podría revelar también que la constructora no está convencida de que Feijóo vaya a ser el próximo inquilino de La Moncloa, o hubiera esperado.