ETA ha evitado deliberadamente mencionar la palabra tregua o alto el fuego y lo ha evitado nada menos que en dos ocasiones en apenas dos semanas. No cabe pensar que tienen redactores de comunicados distraídos y si no pone tregua en los papeles es porque ETA no quiere que lo ponga porque no se considera en tal situación.
El 22 de diciembre del 2006 se habían cumplido nueve meses del anuncio de la tregua de ETA, pero ya pintaban bastos en el ambiente. La noche del 22 al 23, miembros del comando Vizcaya de ETA se dedicaron a preparar la carga de un coche bomba en un paraje forestal de Amorebieta. En la zona tenían un zulo del que iban sacando el explosivo que luego introducían en un cilindro con el que estaban montando la bomba.
Los etarras –dos hombres y una mujer– eran un poco torpes. Bueno, en realidad eran bastante torpes. Hicieron una bomba tan grande, que entre los tres fueron incapaces de levantarla. El bidón pesaba tanto, que no pudieron meterlo en el maletero del automóvil con el que iban a cometer el atentado. Además, lo cerraron de forma chapucera, de manera que la tapa del bidón se abrió y se cayó al suelo parte de la carga explosiva.
Al final se rindieron. Sacaron la mitad del explosivo, lo dejaron malamente escondido en el zulo y se llevaron el bidón con la otra mitad pensando en regresar más tarde por el resto. Sin embargo, un agente de la Ertzaintza les madrugó los planes a los etarras. El policía salió a pasear su perro por la zona y se encontró con el explosivo que los terroristas habían dejado casi al descubierto en el zulo. Gracias a ello se evitó que la tregua la rompiera el comando Vizcaya. El alto el fuego duró una semana más hasta que otra célula etarra más cualificada, el comando Elurra, la reventó en el aparcamiento de la T4.
Este fin de semana pasado unos cazadores franceses descubrieron otro importante zulo de ETA en el departamento de Gard después de sospechar de los movimientos en la zona de dos individuos que resultaron ser etarras.
La suspicacia de los cazadores con los dos merodeadores los llevó a localizar el escondite y, de paso, pusieron en evidencia que la banda terrorista sigue trasteando con su armamento, actividad claramente incompatible con una tregua.
En defensa de ETA se puede alegar que la banda en ningún momento ha dicho que esté en tregua, a pesar de lo que se pueda leer por ahí y de las interpretaciones interesadas que se están haciendo. Es más, ETA ha evitado deliberadamente mencionar la palabra tregua o alto el fuego y lo ha evitado nada menos que en dos ocasiones en apenas dos semanas. No cabe pensar que tienen redactores de comunicados distraídos y si no pone tregua en los papeles es porque ETA no quiere que lo ponga porque no se considera en tal situación. La banda solamente ha dicho que había suspendido las «acciones ofensivas» y acopiar armamento no puede considerarse como tal, al menos hasta que llegue el momento de emplearlo.
Almacenar armas, sin embargo, no es un gesto que inspire confianza o que transmita el mensaje de que la banda tiene planes para dejar la violencia, sino para lo contrario.
Florencio Domínguez, LA VANGUARDIA, 22/9/2010