EL MUNDO – 20/06/16
· El PP sacaría seis puntos al PSOE en Extremadura y cinco en Andalucia, según la encuesta de SigmaDos para EL MUNDO.
· Unidos Podemos supera en votos en las CCAA de Asturias y Aragón.
El descalabro electoral del PSOE puede tener dimensiones descomunales. Los socialistas no resistirán ni siquiera en sus tradicionales feudos de Andalucía y Extremadura, al menos según se desprende de la encuesta elaborada por Sigma Dos para EL MUNDO, cuyo resultado global publicamos ayer.
El PP, de esta forma, ganaría las elecciones al PSOE en estas dos comunidades en las que casi siempre han ganado los socialistas. La fragmentación de la izquierda y el miedo a Unidos Podemos beneficia de esta forma al partido de Mariano Rajoy, que podría sacar hasta seis puntos al PSOE de Guillermo Fernández Vara (Extremadura) y cinco puntos al de Susana Díaz (Andalucía).
La encuesta avanza que en toda España el PP podría obtener entre 124 y 125 escaños –subiendo entre uno y dos–; Unidos Podemos se convertiría en segunda fuerza con entre 86 y 92 escaños, haciendo realidad el sueño de Pablo Iglesias, sustituir a los socialistas. El PSOE se hundiría hasta tener entre 73 y 78 parlamentarios, unos 15 menos que ahora. Ciudadanos, por último, bajaría ligeramente y podría conseguir entre 35 y 40 diputados, los que tiene hoy.
Los socialistas no aguantan en ninguno de sus feudos tradicionales, ni siquiera en las comunidades donde gobiernan. Unidos Podemos, por ejemplo, los superaría en votos si las elecciones fueran hoy en Asturias –también tradicional bastión del PSOE– y en Aragón, que tiene un presidente socialista. En esos dos casos, Unidos Podemos suma más apoyos que el PSOE, aunque no le supera en escaños.
Muy relevante es el caso andaluz. Ya en las elecciones del 20 de diciembre, el partido de Juan Manuel Moreno se quedó muy cerca del PSOE de Susana Díaz. Entonces, los socialistas andaluces consiguieron el 31,5% de los votos (22 escaños) y el PP, el 29,1% (21 actas). El PP andaluz podría conseguir ahora dar la vuelta al resultado y tomar ventaja sobre el PSOE-A.
El sondeo de Sigma Dos –que se ha hecho sobre 8.500 entrevistas realizadas entre el 9 y el 16 de junio–, refleja que los populares ganarían las elecciones en Andalucía con un 33% de los votos y entre 21 y 23 escaños. El PSOE bajaría hasta un 28% (de 18 a 19 parlamentarios). El descalabro sería histórico, con una diferencia de cinco puntos entre el PP y el PSOE.
Al mismo tiempo, Unidos Podemos se acercaría peligrosamente al PSOE también en el Sur. Podemos e IU por separado sumaron un 22,6% de los votos el 20-D. Ahora, juntos sumarían un 23%. Los 10 parlamentarios morados andaluces pasarían a ser de entre 12 a 14.
La encuesta señala que el PSOE-A pierde tres escaños seguros: uno por Sevilla, otro por Almería y el último por Jaén. Además, apunta que en Málaga podría bajar uno, de tres a dos parlamentarios.
Un resultado tan malo de Susana Díaz tendría importantes efectos internos en el PSOE. En primer lugar, restaría autoridad moral a la presidenta de Andalucía para exigir la dimisión de Pedro Sánchez si sufre una debacle del calibre que predice la encuesta porque ella no se habría salvado del desastre.
Además, Díaz quizá tendría que replantearse la posibilidad de ocupar la Presidencia de la Junta a tiempo parcial si opta también a ser secretaria general del PSOE. Si el PP consolida este resultado, los socialistas podrían perder la Junta de Andalucía por primera vez en la historia. De hecho, esta comunidad autónoma es la única de toda España que siempre ha estado gobernada por el mismo partido desde las primeras elecciones autonómicas.
Los socialistas andaluces temen el sorpasso del PP desde hace semanas. Por eso, Díaz y todos sus secretarios provinciales están pisando el acelerador y activando al partido con mucha más fuerza que el pasado diciembre. Susana Díaz quiere sacar en su tierra el mejor resultado posible, precisamente para poder contrastarlo con los datos nacionales y volver a presumir de fortaleza interna y de liderazgo en el PSOE.
No es mejor la situación del PSOE extremeño. El 20-D, Guillermo Fernández Vara ganó al PP por sólo 1,2 puntos. La encuesta de EL MUNDO vuelca este resultado y otorga a los populares extremeños una ventaja de seis puntos: 37% frente a 31%.
En escaños, Vara puede perder hasta dos parlamentarios, uno por Badajoz y otro por Cáceres, que ganarían uno Unidos Podemos y el otro o el PP o Ciudadanos, que no obtuvo representación el 20-D.
En otro feudo tradicional socialista, Asturias, el PSOE puede pasar a la tercera posición, como en toda España. En el Principado, el PP volverá a ganar las elecciones ampliando su ventaja sobre el PSOE. Pero, además, Unidos Podemos puede superar al PSOE en votos, no en escaños, ya que ambas formaciones empatarían a dos parlamentarios.
La suma de Podemos e IU puede conseguir en Asturias el 25% de los votos, dos puntos más que el PSOE, que se quedaría con el 23%.
Por último, en Aragón también habría sorpasso y Unidos Podemos puede adelantar al partido que dirige Javier Lambán también en votos, al conseguir un 24% de los sufragios frente al 21% del PSOE aragonés.
En la comunidad que preside Javier Lambán el PP volverá a ganar las generales, pero ampliará su ventaja sobre el PSOE. Según Sigma Dos, los populares pasarían de un 31,3% a un 34%. Sin embargo y por la diferente distribución de los restos, el PP podría perder en Aragón entre uno y dos diputados.
El adversario del PSOE desde que comenzó la campaña electoral es –además del PP– Unidos Podemos. La suma de votos de un conglomerado de todos los partidos a la izquierda del PSOE ha convertido la campaña electoral de Pedro Sánchez en una lucha desesperada por mantener la segunda posición.
Por eso y desde el principio, los mensajes de los dirigentes socialistas se han dirigido tanto contra el PP como contra Podemos. Pedro Sánchez ha querido personalizar sus dardos en Pablo Iglesias. En cada mitin, en cada acto, en cada entrevista y siempre que tiene ocasión, equipara a Iglesias con Mariano Rajoy en el grupo del «bloqueo» y del «inmovilismo». Desde el principio de la campaña, el PSOE salió en tromba contra Iglesias para frenarle.
Algunos dirigentes socialistas critican que el candidato a La Moncloa está insistiendo demasiado en lamentar lo que pudo ser y no fue. En reivindicar continuamente que si él no es presidente es por culpa de Iglesias, que «prefirió votar con Rajoy en contra de un presidente socialista». En vez de enfocar la campaña más en positivo y en clave de futuro.
Casi todos los líderes socialistas ven imposible el sorpasso en escaños que predicen las encuestas. Y recuerdan que el pasado diciembre los sondeos les golpearon con similar dureza y mantuvieron su segunda plaza sacando 21 escaños al tercero.
Lo que sí temen en el PSOE –y cada vez lo ven como más probable– es el adelantamiento de Unidos Podemos en votos. La suma de Podemos e IU supera en casi un millón de papeletas las que consiguieron los socialistas. Sin embargo, todos consideran que la coalición no puede tener como consecuencia una suma aritmética, con lo que la pelea está mucho más ajustada. Esta semana, la dirección del PSOE ha preparado «un apretón» para subir entre su electorado tradicional, para ganar el «voto emocional» de los socialistas, como dijo Pedro Sánchez.
El PSOE está enfocando su campaña para ganar votos en dos caladeros. El primero es el de los votantes socialistas que se abstuvieron en diciembre. El segundo, el 30% de los indecisos y los decepcionados con Podemos, que calculan también en un 30% de los que apoyaron a esta formación el 20-D.
Para conseguirlo, el PSOE quiere demostrar que tiene programa –presenta cada día sin mucho éxito baterías de propuestas sobre todas las áreas–; equipo –ayer Pedro Sánchez tuvo un gran acto en Zaragoza con el «Gobierno del cambio»–, y candidato. El secretario general del PSOE tiene cada día una maratoniana agenda, como en diciembre, visitando hasta tres o cuatro provincias y dando también una media de tres entrevistas al día, sobre todo en la semana que empieza.
Lo que todos resaltan, tanto los próximos a Sánchez como sus adversarios, es que el PSOE está ahora mucho más activado que en diciembre. Los puestos de apoderados e interventores para estar en todas las mesas electorales el 26-J se han cubierto en casi todas las provincias de España con mucha más rapidez de lo habitual.
Y desde el mitin de Valladolid del viernes pasado, los militantes y simpatizantes se muestran cada día más entusiastas y animados en toda España. Esa movilización de base es «esencial», explican fuentes socialistas, para obtener un buen resultado. Cada uno de sus 200.000 militantes animan a decenas de personas de su entorno para votar al PSOE.
EL MUNDO – 20/06/16