Editorial, EL CORREO, 31/10/12
Si Urkullu opta por la ‘geometría variable’ propicia que los demás hagan lo mismo
El PNV y su candidato a lehendakari, Iñigo Urkullu, dieron ayer inicio a la ronda de contactos exploratorios con las demás formaciones que obtuvieron representación parlamentaria el 21-O. Los 27 escaños del partido jeltzale le confieren la tarea de garantizar la gobernabilidad de la comunidad autónoma y le brindan una ventaja que parece disuadir a los demás grupos parlamentarios de postularse en el trámite de designación de lehendakari. Así lo dieron a entender EH Bildu y el PSE-EE ayer. Pero tanto la correlación de fuerzas en la Cámara de Vitoria como la heterogeneidad del entramado institucional vasco obligan al próximo inquilino de Ajuria Enea a forjar acuerdos que aporten estabilidad y coherencia a la acción de gobierno durante la legislatura. Desde ese punto de vista el recurso a la llamada «geometría variable», que permitiría a un gobierno monocolor del PNV establecer pactos puntuales según el asunto y el momento con todos y cada uno de los grupos parlamentarios, no solo introduce factores de imprevisibilidad en la dirección del país sino que además invitaría al resto de los partidos y a quienes gestionen las otras instituciones a hacer lo propio. Puede ser comprensible que Urkullu opte finalmente por eludir el compromiso de un pacto de legislatura con una determinada formación que implique una escora para la política jeltzale. Pero, tal como han demostrado EH Bildu y el PSE-EE al incrementar en Gipuzkoa la tributación de las rentas más altas, ello fomentaría la ‘variabilidad geométrica’ también entre las demás fuerzas en sentido distinto e incluso contrapuesto a las líneas que pretenda trazar el Ejecutivo autonómico. Es lógico que Urkullu y su partido pretendan decantar, a través de sucesivas rondas de contactos, las posturas de los demás para así perfilar también la suya. Pero sería conveniente que quien tiene la responsabilidad de liderar la gobernación de Euskadi deje claro de antemano qué parte del bagaje acumulado durante las tres últimas décadas considera necesario preservar y qué aspectos políticos o sectoriales debieran a su entender ser revisados. Entre otras razones porque el regreso de la izquierda abertzale a las instituciones no debe destejer todo aquello que, explícita o implícitamente, ha venido representando un consenso amplio para la convivencia y la diversidad en Euskadi.
Editorial, EL CORREO, 31/10/12