TONIA ETXARRI-EL CORREO
Una comparación que ha enojado al Gobierno vasco pero que no va a hacer de esa desafortunada comparación un ‘casus belli’. En situaciones tan delicadas como la que está atravesando Cataluña, gobernar significa defender a todos. A los que sufren la discriminación política y lingüística. El adoctrinamiento. A los inversores que se fueron.
Sánchez, como presidente en funciones, dice estar preparado. Se habrá dado cuenta de que si hubiera formado un gobierno sostenido por Podemos, la abstención de ERC y el apoyo del PNV sus socios no le habrían permitido ni sugerir la mínima intervención en Cataluña. En política de Estado no encontrará otros aliados que los partidos constitucionalistas. Tendrá que dejarse ayudar. La sentencia del 1-O será acogida con graves tumultos. Eso es lo que están planificando desde el Gobierno insurgente. Que no hicieron nada, dicen. Pero volverán a hacerlo.