A. Alamillos-El Confidencial
- El ministerio ha preferido centrarse en ayuda no ofensiva. En el contexto de una delicada coalición de gobierno, una mayor exhibición sobre lo enviado a Ucrania puede provocar tensiones en el seno del Ejecutivo
Este mismo jueves, un convoy de ocho vehículos ligeros, dos ambulancias y cinco toneladas de material sanitario salían desde Alcalá de Henares, bajo la atenta mirada de la ministra de Defensa, Margarita Robles, rumbo a Polonia. Si llegarán a cruzar la frontera a Ucrania o si, además de la ayuda humanitaria, España proyecta envíos de armamento a Kiev, no se sabe. La respuesta a preguntas más detalladas siempre son en la línea: «Como comprenderéis, por motivos de seguridad no podemos dar más detalles».
Este mismo sábado, varios grupos parlamentarios recibían respuestas de Moncloa a las preguntas sobre la cuantía, estado y valor de la ayuda militar española a Ucrania. «[España] ha facilitado el envío por tierra, mar y aire de material militar, comprendiendo munición de artillería pesada de largo alcance, cohetes antitanque, munición de calibre medio y pequeño, ametralladoras de calibre medio y armamento portátil, al que se añade otro material como: una ambulancia blindada, material sanitario, uniformidad de campaña y de protección NBQ (nuclear, biológico, químico), uniformes para climas fríos, raciones de combate, combustible, etc.». Una lista que deja, sin embargo, muchas lagunas: desde cuánto de cada material bélico se ha llegado a enviar (o cuánto está prometido pero todavía no entregado) o el valor de lo remitido.
En el PP y otros grupos políticos consultados por este diario se quejan de la falta de información que proporciona el Gobierno. «No dan detalles porque [la ayuda entregada] es muy insuficiente», lamenta uno de los de los autores de las preguntas por parte del grupo popular, Pablo Hispán, quien señala que la ministra de Defensa, Margarita Robles, lleva sin comparecer ante la comisión específica desde marzo (en la que tampoco se detalló información) y lo propio con el ministro de Exteriores, Jose Manuel Albares.
Más allá de la información proporcionada en la última respuesta parlamentaria reproducida arriba y las escuetas notas de prensa del ministerio —en las que rara vez se especifican los números exactos de las partidas de armamento, sí de las de valor más humanitario, como medicinas, cascos o chaquetas, y en las que, según ha comprobado este periódico, se repetían anuncios de armas que ya habían sido comprometidas meses antes—, este viernes, fuentes de Defensa afirmaban al diario ‘El País’ que la ayuda bilateral entregada a Ucrania alcanzaría el valor de, al menos, 25 millones de euros (en la práctica más, ya que, siempre según esas fuentes, aún no se han contabilizado las últimas entregas ni el coste de sustituir el material en los arsenales del Ejército español, disparado por la inflación). En la misma información, fuentes gubernamentales se quejaban de las «estadísticas de centros internacionales sobre estudios de seguridad», así como acusaciones veladas del embajador de Ucrania en Madrid, Serhii Phoreltsev, que apuntaban a que España está a la cola del apoyo militar a Kiev.
Uno de esos institutos, aunque no se nombre específicamente, es sin duda el Instituto Kiel para la economía global, con sede en Alemania, que conduce desde el inicio de la invasión una exhaustiva base de datos del seguimiento de la ayuda militar, humanitaria y económica a Ucrania. En las últimas cifras del Instituto (se actualizarán el próximo 11 de octubre), España estaría en la decimotercera posición en cuanto ayuda militar y humanitaria (si se cuenta solo la militar, está en una posición aún más baja). «España ha comprometido tan poca [ayuda militar] que solo hemos incluido los ítems [militares] a los que hemos podido hacer seguimiento y que estamos seguros de que han llegado. Rifles y misiles de corto alcance, como 20 kilómetros, que no se podrían utilizar en una contraofensiva [como la que está teniendo lugar ahora mismo]», explica a este diario Arianna Antezza, investigadora principal del ‘Ukraine tracker’ del Instituto Kiel.
«España ha comprometido tan poca [ayuda militar] que solo hemos incluido los ítems [militares] que hemos podido hacer seguimiento»
Moncloa se queja de que se la coloque en tan baja posición —el instituto Kiel elabora sus ‘rankings’ en función de la información oficial y pública—, pero tampoco ofrece datos que puedan refutar esta foto. «España no es un país muy transparente. Hay países como Noruega, Alemania o Estados Unidos que han publicado una lista de los artículos enviados a Ucrania. España no ha sido muy clara con ciertas armas que ha enviado a Ucrania», señala Antezza, que apunta a un «debate muy turbio» sobre el caso de los frustrados Leopards que se ofrecieron y no llegaron a entregarse finalmente por el «estado absolutamente lamentable» en el que se encontraban. Solo por poner un ejemplo, Reino Unido ha publicado varias listas exhaustivas con el tipo de armamento y su valor monetario entregado a Ucrania.
Este periódico ha presentado varias solicitudes de información a través de Transparencia, que han sido rechazadas por «afectar a la seguridad y defensa nacional», según la resolución oficial de la petición de derecho de acceso a la información pública por el ministerio de Defensa. «La documentación requerida contiene información del desarrollo de las operaciones por parte de las Fuerzas Armadas, cuya difusión podría comprometer, en estos momentos, aspectos referentes a la propia seguridad y defensa nacional», afirma el ministerio, que concluye que «se aprecia, sin ningún género de duda, que la información requerida afecta directamente a la seguridad presente y futura de España, pudiendo comprometer sus relaciones exteriores».
En general, y por lo que se sabe, Defensa ha preferido centrarse en ayuda no ofensiva, es decir, elementos como cascos, uniformes, medicinas y el traslado de heridos o entrenamiento de soldados ucranianos en España, como los que han recibido formación en Zaragoza. En el contexto de una delicada coalición de gobierno con Unidas Podemos, una mayor exhibición sobre lo enviado a Ucrania puede provocar tensiones en el seno del Gobierno, según afirman varias fuentes cercanas al ministerio.
Sin embargo, otras fuentes apuntan a que la falta de detalles obedece a otro motivo: España no querría reflejar oficialmente lo que envía porque, en comparación con otros países de la Unión Europea, nuestra contribución es realmente escasa, algo, por otro lado, entendible en un contexto en el que los stocks militares de Defensa no se encuentran en su mejor momento tras años de recortes. Entregar más material militar a Ucrania podría convertirse en un problema para los arsenales españoles, sobre todo teniendo en cuenta que nos encontramos en medio de una carrera armamentística global, con los precios disparados y la producción agostada. El caso de los Leopards es paradigmático: se prometió la entrega de los tanques y tuvo que ser cancelada por el estado en el que se encontraban.
Así que, de momento, España parece haberse enfocado en armamento más ligero. Según otros institutos internacionales de seguimiento, el único armamento pesado que ha llegado ya a Ucrania sería una ambulancia militar, y han sido prometidos 20 transportes de personal TOA – M113 del Ejército de Tierra, así como misiles antiaéreos de baja cota Shorad Aspide (que todavía no ha quedado claro si han llegado a su destino en Ucrania).