IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

  • Es una lástima que entre los 1.875 altos cargos y asesores que tiene Pedro Sánchez no haya un ‘Defensor del futuro’, alguien que se preocupe de vigilar y aliviar la pesada losa que vamos a dejar a las generaciones venideras

El gobernador Hernández de Cos ha clavado un rejón de muerte a los Presupuestos, justo un día después de que los aprobara el Consejo de Ministros. El respeto por el déficit y la deuda es escaso, pero las Cuentas hay que presentarlas con un mínimo de coherencia y cierta apariencia de cuadrar los gastos deseados con los ingresos necesarios. Bueno, pues si antes sonaban a optimistas, tras la rebaja de crecimiento prevista por el Banco de España y las peores estimaciones del BBVA, las Cuentas se han convertido en una quimera. Si el PIB aumenta un tercio menos del objetivo, ya de por sí ampliamente reducido en el mes de julio, no obtendremos los ingresos previstos y el ya habitual desajuste entre ingresos y gastos será aún mayor.

Es una lástima que entre los 1.875 altos cargos y asesores que tiene Pedro Sánchez a su disposición en La Moncloa no haya un ‘Defensor del futuro’, alguien que se preocupe de vigilar y aliviar la pesada losa que vamos a dejar a las generaciones venideras, con quienes hemos subcontratado nuestro bienestar actual. Pero el presidente sigue a lo suyo y el martes hizo en el Congreso un resumen preciso de su política económica.

Desde que está en el cargo, la deuda pública ha aumentado en 320.000 millones de euros y resulta que ni hemos recuperado el nivel de actividad previo a la pandemia, ni hemos evitado que dos millones y medio (eso dijo) de niños españoles sigan en la pobreza. ¿En qué ha gastado esa montaña de dinero? ¿El Gobierno más progresista y el mejor defensor del débil no ha tenido tiempo -porque ocasión y medios sí que ha tenido- para preocuparse de los niños pobres?

Luego está el mantra de la progresividad fiscal y de eso tan tierno de que aporten más quienes más tienen, como si fuera una esplendorosa novedad. ¿Los más de 20.000 millones de recaudación obtenidos por la aplicación de los impuestos indirectos sobre la inflación han seguido los criterios de progresividad? No. ¿Lo hará la actualización de las pensiones? Tampoco. El 25% de las más elevadas se llevan el 50% del costo de esa alegría. ¿Es lógico y coherente? No, es cómodo y conveniente. Pues nada. Ahí tiene a los Presupuestos más oportunos y pertinentes, más grandes (eso sí es cierto) y más preocupados por la gente trabajadora. No sé de qué nos quejamos…