José Alejandro Vara-Vozpópuli

  • Cercado por los tribunales, desintegrado ya Frankenstein, sin programa ni presupuestos, Sánchez se refugia un una campaña desesperada contra los barones del PP

Sin nada que gobernar, sin apoyo parlamentario, sin presupuestos, despreciado por el prófugo, relegado en Europa, Sánchez ha optado por convertirse en el jefe de la oposición a la oposición. Es como si hubiera optado por autodegradarse. Desprenderse de los galones, retirar sus entorchados, transformarse en una especie de mercachifle trompetero e ir por las aldeas propinando discursitos electorales a tontas y a locas. Para eso ha quedado el jefe de Gobierno de la cuarta economía española. Para transformarse en una especie de mosca cojonera del centroderecha y en un vendedor de crecepelos por las plazas que ya no puede pisar. Ya no anuncia proyectos, iniciativas, leyes, propuestas, ni siquiera modestos planecillos. Es un caudillín demediado, un jefecillo menguante. Su único recurso es pronunciar decir ‘ultraderecha’ cada cuatro palabras y reclamarse ‘progresista’ cada cinco. Esto es todo amigos. No habrá otro argumento de aquí a las elecciones del 27, caso de que no lleguen antes. La reunión del Congreso versaba sobre tres items: Consejo europeo, corrupción y gobernabilidad, así, en genérico. Una rendición de cuentas que resultó una rosario de zarandajas de un populista en declive, la zarrapastrosa evasiva de un perdedor. “El líder de la oposición al PP”, lo llamó Feijóo. “La oposición está entregada a Vox, la oposición está abonada al esperpento, padecemos una oposición destructiva”, sentenció el presidente, así de entrada. Por lo tanto, es necesario destruirla antes de que pueda concretarse la alternancia de Gobierno.

Begoña in my mind

Sánchez debió imitar a Zuckerberg cuando el fundador de Facebook se presentó en una conferencia con una camiseta en la que se leía “Delenda est Carthago” (Cartago ha de ser destruida), el lema aquel de Catón el Viejo. No iba contra nada ni contra nadie, dijo el dueño de Meta. Fue una ocurrencia de un tipo ingenioso, un elogio al imperio que admira, el reconocimiento a la determinación como norma de vida. Sánchez, si no en la camiseta, si lleva en el entrecejo una idea similar: “Delenda est Oposición” porque es su única guía, su único objetivo. No derrotarla en las urnas. Destruirla. Dinamitarla, al abismo con ella. Es lo que emerge de su mirada, rencorosa y feroz. ‘Delenda est la Oposición, en efecto”. Y, muy en particular, “Delenda est Ayuso”, la persona en la que este ‘máximo’, como lo llama Leire la fontanera de las cloacas, tiene concentrada no sólo su estrategia política sino una especie de odio feroz y personal. La presidenta madrileña es la antítesis judicial de Begoña. La primera, en nada favoreció los negocios de su novio, a quien aún no conocía. La imputada sí parece haberse beneficiado de los favores de su marido, de ahí el tráfico de influencias que pesa en su inminente prontuario.

Ya que no puede anticipar labores de su Gobierno, un artefacto despilfarrador y bloqueado, decidió centrarse en los centros regionales que controla el PP. Cierto que las urnas asoman ya en unos días, empezando por Extremadura, y luego Castilla y León, y Andalucía. Cierto que la experiencia de mayo del 23 la tiene clavada en el entrecejo, cuando el mapa de España se tiñó de azul. Pero irse por los cerros de Ayuso cuando tiene a todo un país empantanado, empobrecido, catatónico y decepcionado resultó algo estrafalario. Optó por perderse en una delirante jungla de cifras sobre los gastos en aspirinas de Extremadura, las clonoscopias de Madrid, los presupuestos en educación y hasta casi el coste de las lamparitas que adornan el despacho de la secretaria del presidente murciano. Luego, eso sí, cincuenta millones para Palestina. Esto es, para Hamás. La derecha, es sabido, privatiza para hacer ricos a sus amigotes y la izquierda defiende el Estado de bienestar para ayudar a los desfavorecidos. Tan simplón como ramplón, tan elemental como los programones de Telepedro. Últimamente, los mensajes que le escriben a Sánchez resultan regurgitantes y algo gandules. “Madrid es un casino en el que Quirón siempre gana”, fue el único rasgo de inspiración destilado por los ochocientos asesores de la Moncloa. «Manda menos que Palpatine en el Senado galáctico», llegó a deslizar el número Uno al modo del monologista irónico que siempre soñó ser.

¿Dónde vive su hermano?

“Está muerto de miedo” ante el avance de los jueces, diagnosticó Feijóo, que se mostro en el tono firme pero suave que tanto molesta al jefe del Gobierno. Unas horas después, el fiscal general declaraba ante el Supremo en un episodio sin precedentes. Y siguen adelante los procesos contra la esposa del presidente, el hermanísimo, dos exsecretarios generales del PSOE y algún otro estrecho colaborador. Tres preguntas oportunas de Feijóo: ¿Puede asegurar que su campaña de las primarias no la financiaron las saunas de su suegro? (Asunto que no aclaró en el Senado) ¿Pidió patrocinios a algún gran empresario para el negocio de su mujer? ¿Ya sabe dónde vive su hermano? Y la de cierre: ¿Es usted el presidente de la cloaca? Esté usted seguro de que yo no le amnistiaré”. El interpelado recuperó algunas risotadas de Joker, algunos gestitos desmedidos, ciertas burletas descontroladas que se hicieron apoteósicas cuando el lider del PP anunció que su futura vicepresidencia primera estaría reservada a la Vivienda. Jo, jo, jo, se carcajeó junto a su vice uno, Montero, deshecha en estrepitosas risotadas. Todo un clásico de la astraanada parlamentaria.

También mitinero pero más vibrante estuvo Santiago Abascal, que empezó calificando al principal orador de “Obama de Pozuelo”, le retó envalentado  en un cara a cara con invectivas potentes sobre la flotilla de ‘vagos y maleantes, de terroristas y yihadistas” que dirige y se burló del empeño de la izquierda en la farsa de la agenda climática. “Déjenlo ya, si los jóvenes no les votan, los jóvenes no tienen empleo, ni salarios, ni vivienda, se tiene que ir del país”. Acabó con una oferta: nosotros facilitaremos elecciones en Valencia el día después de que usted disuelva y convoque generales.

Cínico e hipócrita

En ausencia de Yolanda Díaz, ofició una vocalista sustituta sin mayor interés salvo quizás para su cuarto de estar y su nómina a final de mes. Luego Rufián, con esa cara que parece el zapato de un gotoso diría el Buscón, se mostró sinceramente decidido a ingresar en el PSC, aunque parece que no lo quieren. Lástima porque se empleó a fondo en la labor de lamerle las botas al inmarcesible chulángano. Miriam Nogueras, con el gesto más severo de su acendrado repertorio, emergió contundente y rabinuda. Era el primer pleno después de la fractura oficial de relaciones de Junts con Sánchez.Tras la ruptura de los Javis, Frankenstein se desintegra. «Suba el volumen del pinganillo. Esta relación se ha acabado. Sus incumplimientos nos llevan a romper. Es usted un cínico y un hipócrita. El Gobierno sólo se mueve si le apretamos. Recuerde que es usted presidente, y no Feijóo, gracias a Junts. Es usted quien bloquea la legislatura». O sea que se acabó. La vocera Vaquero, del PNV, parece una monjita de El domingo pero de lunes, comedida y amable. Sin Aitor, el vasquismo reaccionario se ha ido a pique en la Cámara. Ione Belarra, representante artísica de Irene Montero, recogió la frase favorita del señor de la dacha de Galapagar y animó a ‘reventar’ la derecha en cinco pasos. Una enormidad que sólo a Abascal espanta. Y hace bien. Con los comunistas ya se sabe.

En las réplicas, Sánchez insistió en su papelón de inquisidor autonómico, de darle otra vuelta sobona a Mazón, a los cribados, por supuesto a Ayuso y demás periferia donde los votantes del PSOE huyen despavoridos de propias sus siglas. Apestan. Y mientras tanto, a esas horas, altos mandos de la UCO cerraban el círculo en torno a fiscal general y Moncloa en el filtrado de los correos contra la lideresa madrileña. El presidente, desnortado y errabundo, centrifuga su propaganda a la desesperada con la intención de desgastar a los barones del PP. Temor a las urnas. El 21 de diciembre le espera María Guardiola. La primera en la frente.