- Lo que está sucediendo no puede es fruto del azar. Y no lo es
Adriana Lastra deja de ser vicesecretaria del PSOE. Está embarazada y es un embarazo de riesgo. Vaya por delante nuestro deseo que todo concluya felizmente. Pero no es necesario dimitir por una causa como esta. Lastra dimite de vicesecretaria, aunque sin dejar el escaño, porque se ha atrevido a enfrentarse a Sánchez. Sigamos. Dolores Delgado abandona también por razones de salud su cargo de Fiscal General del Estado. Dos piezas importantes para Sánchez se van y nadie dice nada desde el gobierno, salvo las frasecitas que suenan más falsas que el Tractatus lógico-philosophicus de Wittgenstein comentado por Jorge Javier Vázquez.
En paralelo, Anna Gabriel, la rebelde cupaire que juraba tanto por York como por Lancaster, que ya es jurar, que los golpistas no retrocederían jamás para luego pirarse a Suiza, decide presentarse ante el juez que, amablemente, la manda a su casa y dice que ya la llamarán. Puigdemont pondera si vuelve y comprueba cómo son las soluciones felices de Iceta. Josep Bou tira la toalla y dice que no se presentará como candidato del PP a la alcaldía de Barcelona. El separatismo anda a la greña de tal forma que el gobierno de la generalidad tiene que admitirlo porque los gritos se escuchan desde la calle. El PNV teme que Sánchez apoye a Otegui en unas hipotéticas elecciones en las vascongadas. El PP sigue subiendo en intención de voto pero no parece que Feijoo tenga muchas ganas de cambiar mucha cosa. Ciudadanos no se da cuenta – Arrimadas no se lo permite – que es un glorioso cadáver expuesto en la sala de honores a la vista de todos aquellos que osen desafiar a la señora Botín y su alegre muchachada. En VOX parecen no haber digerido los resultados de las andaluzas.
En los medios del régimen, hace medio año todo era covid, hace tres meses todo era Ucrania y ahora todo es cambio climático. Consigna y no pensar. España arde por los cuatro costados, y no es tan solo una hipérbole literaria, como el resultado de haber desmontado el ICONA, no permitir a agricultores y pastores cumplir las normas de sus imprescindibles oficios, hacer más caso al ecologista loco que habla del pobrecito buitre casquivano o de la paloma concupiscente que el pobre trabajador del campo que precisa cortafuegos, desbroce de montes, un plan hidrológico nacional, medidas económicas y enviar a la mierda a quienes quieren gobernar el campo sin haber pisado más que asfalto.
Cada día vemos noticas en las que “alguien” ha disparado, atracado, violado, acosado, ocupado, herido o drogado a gente inocente, pero no se les ocurra preguntar de dónde son porque sería caer en la xenofobia. Tampoco deben decir que si una madre mata a su hijo es lo mismo que si lo hace el padre, un crimen horrible e inhumano donde los haya. O que si una lesbiana asesina a su pareja es también violencia de género. O que existen muchos más pederastas fuera que dentro de la Iglesia. O que permitir el aborto a menores sin consentimiento de sus padres es una barbaridad colosal.
Todo y mucho más está pasando a la vez. Cada cosa por separado no nos permite abarcar el conjunto, pero cuando ves los hilos que componen la telaraña en la que han envuelto a nuestro país, te das cuenta de que no son coincidencias, de que alguien tiene un plan serio para que esto reviente. Así no llegaremos a las próximas generales, porque antes se habrá convocado un referéndum. No hablo de Cataluña, hablo del referéndum nacional que Sánchez planea acerca de la forma de estado. Las juventudes socialistas catalanas ya lo están diciendo.
No, no son coincidencias.