Si el PNV tiene tan claro que al día siguiente de las elecciones Patxi López va a ser apoyado por el PP y por UPD; y si el PP cree que los socialistas van a pactar con el PNV «porque eso es lo que necesita Zapatero», ¿qué sentido tiene que se movilicen los indecisos? Porque si ya está todo amarrado…
A medida que nos vamos acercando al 1 de marzo, algunos partidos están equivocando su táctica al dar por hecho el comportamiento de sus adversarios al día siguiente de las elecciones. Un error. Porque si ya está todo amarrado, ¿para qué se van a aclarar los indecisos? Si el PNV tiene tan claro que Patxi López va a estar apoyado por el PP y por UPD y si, por el contrario, el PP cree que los socialistas van a pactar con el PNV «porque eso es lo que necesita Zapatero», ¿qué sentido tiene que se movilicen los indecisos?
Si los encuestados no engañan, encubriendo un considerable segmento de voto oculto, la localización a estas alturas, de casi un 30 por ciento de indecisos indica que los mensajes están provocando indiferencia en un tercio del cuerpo electoral. Eso puede estar ocurriendo ante la posibilidad de que el cambio llegue. Que una parte de votantes que anteriormente tenían su opción definida, ahora se muestren retraídos ante el posible vuelco de gobierno. Pero si los indecisos están experimentando cierto ‘parón’ a la espera de que se despeje el campo electoral, flaco favor les hacen quienes dicen que los otros se van a conjurar para formar bloques de contención.
No lo hacen todos; es cierto. Curiosamente es una tentación en la que han caído reiteradamente, en un principio, el PNV y ahora, el PP. Patxi López, que es quien visualiza de forma más nítida la alternativa del cambio, no dice nada de los pactos de los demás; pero los demás hablan de él. El PNV, situándolo con los partidos constitucionalistas, el PP de Basagoiti y la nueva UPD de Rosa Diez. Y ayer mismo Rajoy cayó en su propia trampa hablando de los socialistas vascos para encuadrarlos con el PNV.
Queda la semana decisiva que, esta vez, coincide con el mes repleto de dramáticos recuerdos de las bajas provocadas por el terrorismo que, por primera vez y gracias a una recobrada política de firmeza, no va tener a sus representantes sentados en los escaños del próximo parlamento vasco. En las últimas horas, cualquier ‘maskarada’ puede ser interpretada de formas opuestas. El PNV ha querido dar a entender su capacidad de reírse de sí mismo, aunque su presidente Urkullu no se haya avenido a caracterizarse él también con las cejas de Spock (su rostro desencajado ante los destrozos del atentado contra el batzoki de Cruces indicaba que no estaba para carnavales, ni siquiera electorales), pero el espíritu del disfraz también se ha interpretado como un síntoma de nerviosismo.
En las últimos días cualquier movimiento puede ser decisivo para el empujón o para el freno. ¡Ay ese casi 30 por ciento de indecisos! Basagoiti se mete con UPD. Que el partido de Rosa Diez le vaya a quitar votos en Alava no justifica que lo sitúe en Madrid . Madrazo sigue sin ofrecer credibilidad cuando arremete contra el PSE diciendo que «será rehén de la derecha». ¿De qué partido de izquierda ha sido rehén Madrazo en los gobiernos de Ajuria Enea?
Tonia Etxarri, EL CORREO, 23/2/2009