Roberto Blanco Valdés, LA VOZ DE GALICIA, 13/1/12
A buenas horas, mangas verdes. La candidata a la secretaría del PSOE (y a la presidencia del Gobierno, que es la cosa) declaró hace dos días en una entrevista radiofónica que los socialistas se equivocaron «primando el discurso territorial frente al social».
El reconocimiento de ese error, por cuya denuncia muchos fuimos en su día obsequiados con un imparable torrente de denuestos (desde fascistas hasta españolistas irredentos), encierra una clara doble trampa: la primera, que Chacón admite lo que ahora le conviene para facilitar su reconversión a un cierto españolismo que le permita encarar la nueva fase de sus ambiciones personales; la segunda, que el PSOE jamás contrapuso, en realidad, sus discursos social y territorial. Este último dominó toda la legislatura 2004-2008, cuando todavía no había crisis, y se confrontó con el de quienes considerábamos la segunda descentralización impulsada por el PSOE, para dar gusto a sus aliados nacionalistas, un verdadero disparate. En cuanto a la cuestión social, no desapareció del discurso socialista tapada por la cuestión territorial, sino por un populismo arrasador, que de considerar progresista repartir el dinero sin mirar a la renta de los beneficiarios pasó a asumir tan tranquilo un duro programa de ajuste antisocial.
En todo caso, y más allá de las trampas con las que Chacón pretende dar gato por liebre, lo más llamativo es que la admisión por su parte de un error que ha puesto el país patas arriba no la lleva a irse a su casa a expiar la grave falta cometida, según lo exige una sana democracia. Por el contrario, aplicando el principio de Mahoma de que arrepentirse equivale a no pecar, la señora Chacón nos propone ahora algo que se va pareciendo a lo contrario de lo que lleva haciendo varios años.
Y todo, sin parar mientes en que ella, entre otros (por ejemplo, un colaborador sobrevenido de su equipo, el exministro de Justicia, quien asesoró la operación estatutaria catalana, por cierto con una absoluta incompetencia, según la sentencia del Tribunal Constitucional vendría luego a demostrar), es directa corresponsable de un fiasco que destrozó el consenso territorial entre el PSOE y el PP, desbarató el Estado autonómico hacia un modelo confederal contradictorio con la Constitución, puso gratuita e irresponsablemente en pie de guerra a buena parte de la ciudadanía catalana contra el resto del país y hundió en la sima del desprestigio a un Tribunal Constitucional que tan buenos servicios había prestado a nuestra democracia.
Que con esa ejecutoria no esté Chacón, como su mentor leonés, supervisando nubes, sino aspirando a ocupar el puesto de presidenta del Gobierno, es increíble y tiene poco que ver con el socialismo democrático. Es más bien un tipo chocante de socialismo mahometano.
Roberto Blanco Valdés, LA VOZ DE GALICIA, 13/1/12