EL CORREO 16/03/13
Los más de 1.400 kilos de explosivos hallados en un caserío de Legorreta en 2011 fueron eliminados con varias voladuras en el campo de tiro militar
El mayor arsenal incautado a ETA en España, en abril de 2011 al ‘comando Erreka’ en un caserío de Legorreta, fue destruido ayer por especialistas de la Guardia Civil en el campo de tiro militar de Jaizkibel mediante varias voladuras controladas a distancia. La operación se realizó sin incidencias, aunque hubo un retraso de unos minutos entre una carga y otra por la presencia de un montañero ajeno al dispositivo dentro del perímetro de seguridad. Al operativo, al que por primera vez se invitó a los medios de comunicación, asistieron el delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, y el subdelegado en Gipuzkoa, José Luis Herrador.
El arsenal fue llevado a primera hora de la mañana en furgonetas por especialistas artificieros hasta el terreno militar de Jaizkibel, donde ya se ha destruido otras veces material incautado a ETA. La mayor parte del alijo fue depositado, por seguridad, en una ladera del monte y se dejó una muestra en el lugar en el que estaban los periodistas e invitados, cerca de la carretera. Desde allí, lo único que se veía tras cada voladura era una columna de humo anaranjada.
Se destruyeron en total 1.369 kilos de nitrato amónico, 17,3 kilos de pentrita, 215 metros de cordón detonante, 43,2 kilos de aluminio en polvo, 98 detonadores y material para preparar otros 297, 100 gramos de diazodinitrofenol (DDNP) y 100 litros de combustible.
La Guardia Civil informó de que el arsenal ha sido mantenido «en depósito» el tiempo necesario para «realizar los informes periciales que se llevan a cabo para imputar a los detenidos», tras lo que se solicitó su destrucción al juzgado, que lo autorizó el 14 de febrero. Fue posible porque la Audiencia Nacional condenó en enero a Aitor Esnaola, propietario del caserío Olalde, a 17 años de prisión por «pertenencia a banda terrorista». La sentencia consideró probado que formó parte del ‘Erreka’ con Andoni Goikoetxea, que logró huir.