EL CORREO 17/02/14
· Policías locales y españoles arrestaron en Puerto Vallarta a Juan Jesús Narváez Goñi e Itziar Alberdi Uranga, huidos hace 22 años
Una operación en la que participaron miembros de la Policía Nacional española y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional de México puso ayer punto final a veintidós años de fuga de los presuntos etarras Juan Jesús Narváez Goñi e Itziar Alberdi Uranga. Ambos fueron detenidos de madrugada en la localidad turística de Puerto Vallarta. De todos los miembros de la banda reclamados por la Justicia, Interior asegura que ellos figuraban entre los principales, los más buscados, vinculados a un alto número de asesinatos, ya que a principios de los 90 formaron parte supuestamente del comando Ekaitz, que mató a dieciocho personas en un solo año.
· Interior asegura que ‘Pajas’ y ‘María’ vivían en la clandestinidad, al margen del colectivo de refugiados de la banda
Los datos que habían trascendido al cierre de esta edición indican que el doble arresto se produjo a las cuatro de la madrugada en el citado término municipal perteneciente al Estado de Jalisco. El Ministerio del Interior informó anoche que la operación formó parte del plan desarrollado por la Comisaría General de Información para localizar y detener a los etarras que residen de manera clandestina en otros países sobre los que pesan reclamaciones judiciales pendientes. Se desconoce si Narváez Goñi, alias ‘Pajas’, e Itziar Alberdi, ‘María’, opusieron resistencia a los agentes, iban armados o portaban documentación falsa. Fuentes policiales explicaron, sin embargo, que sus arrestos podrían dar un nuevo impulso a la investigación de algunas de las acciones cometidas por ETA todavía sin esclarecer.
En la primera lista europea
Según el ministerio, los dos presuntos etarras llevaban veintidós años en paradero desconocido. De hecho, sus nombres se inscribieron en la primera lista que elaboró la Unión Europea sobre los terroristas más buscados.
Después de su captura, ayer, la Policía comprobó que hacían su vida al margen del colectivo ‘oficial’ de refugiados de la banda en México, uno de los grupos más numerosos de todos los que se reparten por diferentes países, especialmente de Latinoamérica. Desde el cese de la violencia decretado por ETA, otros activistas han sido detenidos en el propio México, Venezuela y Argentina. Al parecer, Juan Jesús Narváez, nacido en 1961, e Itziar Alberdi (1963) vivían en la clandestinidad y dentro de un «colectivo cerrado».
A principios de los años ochenta, ‘Pajas’, que ha sido reclamado por la Justicia en al menos ocho ocasiones mediante órdenes de detención e ingreso en prisión, fue supuestamente integrante del comando X-1, formado por miembros ‘legales’ de ETA y que colaboró con el «comando de liberados Nafarroa» en la comisión de varios asesinatos. Entre ellos, al parecer, el de un miembro de las fuerzas de seguridad y el de un capitán de la Guardia Civil en Pamplona en 1984. En abril de 1987, y tras pasar a la clandestinidad, fue detenido en Marsella (Francia) y expulsado a España, donde ingresó en prisión. En marzo del año siguiente salió de la cárcel y se incorporó de nuevo a las estructuras de ETA .
Por su parte, Alberdi Uranga pasó a la clandestinidad en noviembre de 1986, tras la liberación del industrial alavés secuestrado Lucio Aginagalde. Este hecho supuso la desarticulación del comando Araba para el que ‘María’ realizabana supuestamente labores de apoyo y de infraestructura. Sobre ella, según la agencia Europa Press, recaen varias órdenes de búsqueda dictadas por la Justicia española, también cuatro internacionales, así como dos de detención, ambas del juzgado de Baltasar Garzón, la última el 14 de febrero de 2001.
Los Juegos Olímpicos
Interior considera que los dos militantes pasaron en 1990 a formar parte del «comando de liberados Ekaitz», liderado por José Luis Urrosolo Sistiaga y que se convirtió en uno de los taldes más sanguinarios de la banda en una época en la que perpetró numerosos atentados. Este comando mantenía una amplia infraestructura que se repartía por Barcelona, Tarragona, Zaragoza y Valencia, donde sembró el terror.
De hecho, hasta su desarticulación el 21 de marzo de 1992 y en el breve espacio de un año, el Ekaitz cometió decenas de atentados con explosivos y armas de fuego, con el resultado de 18 asesinatos y numerosos heridos graves. Al parecer, Narváez fue identificado en esa época como uno de los dos invididuos que en diciembre de 1991 mató a tiros a dos agentes de la Policía Nacional en una tienda de la ciudad condal, según Europa Press. El talde tenía instrucciones de la cúpula de ETA de atentar en la costa mediterránea para boicotear los Juegos Olímpicos de Barcelona’92.