Se comprende muy bien que en fechas como estas el rey emérito prefiera volver a casa. Y se entiende aún mejor que los españoles estén de acuerdo con esta idea. Hoy cumple años, exactamente 84, es la víspera de Reyes, fiesta familiar como pocas y en la que se celebra la Pascua Militar. Para completar el cuadro añádase que la encuesta en la que se sometió a la consideración de los ciudadanos este exilio tan pintoresco, realizó su trabajo de campo entre los días 20 y 24 de diciembre. No hay más que hablar. Bueno, sí, podría hablarse de la afición de Don Juan Carlos a determinadas debilidades borbónicas e incluso de la búsqueda de una afinidad onomástica con alguna de sus amantes. Bárbara Rey era un nombre muy propio para una novia real, por más que fuera un nombre artístico, porque a ella, cuando la cristianaron en Totana lo hicieron con el nombre de María García García, que más menestral no lo había en existencias.
El caso es que el rey emérito, decidió un buen día tomar el olivo y fue a recalar a Emiratos Árabes Unidos, mientras una cierta incertidumbre recorría el país sobre si habría viajado a la República Dominicana o a la cercana Portugal, donde ya vivió su infancia, su adolescencia y su primera juventud, cuando los exilios eran exilios y las dictaduras, dictaduras, pero el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa no estaba por la tarea y lo impidió.
Y los españoles se han manifestado con bastante sentido común sobre la cuestión. Preguntados si el rey emérito debería volver a residir en España, una mayoría del 33,2% opina que sí, otro 27,8% se manifiesta de acuerdo si y solo si da explicaciones sobre sus presuntos enjuagues fiscales y un 28,2% estaría en contra. Votan mayoritariamente por el sí el PP, Vox y Ciudadanos y lideran el no incondicional Unidas-Podemos, con el 46,5%. Una gran mayoría de votantes podemitas pondrían como condición que se le retirase el título honorífico de Rey (83,9%) y entre los votantes del PSOE serían una mayoría consistente (56,3%). No hay recuerdo de voto para los partidarios de que se le reponga su asignación económica, retirada por Felipe VI a mediados de marzo de 2020, en el el mismo acto por el que renunciaba a la herencia de su padre. Podemos (72,9%) y el PSOE (51,5%) pondrían como condición para la vuelta de Don Juan Carlos a España que se le retirase la condición de miembro de la Familia Real.
Si examinamos con cierta atención los resultados del panel de Sigma Dos entenderemos fácilmente la razón de que el PSOE y Podemos tengan tanta afinidad en contra de la Monarquía y que el presidente del Gobierno haya tenido la humorada de otorgar a Pablo Manuel Iglesias Turrión la Gran Cruz de la Orden de Carlos III en atención a los servicios prestados a la Monarquía. También se le ha concedido a Meritxell, mi Meritxell, a Lola Delgado y a José Luis Ábalos, como en el pasado se les concedió a personas que sí habían trabajado por la Monarquía, la Reina Silvia Sommerlath, de Suecia; el príncipe Magnus Haakon de Noruega, el príncipe Naruhito de Japón y al príncipe sultán Bin Abdulaziz Al -Saud, de Arabia Saudí. En la década de los 60 se concedió a la entonces princesa Sofía la Gran Cruz de Carlos III y éste sí era un caso de servicios a la Monarquía que iba a prestar ininterrumpidamente desde entonces hasta la fecha. Recuerdo una entrevista que le hicieron a su marido en una Televisión francesa en la que le preguntaron por su mujer y él respondió: “Es una profesional”. Tenía razón. Él no siempre estuvo a la altura.