Florencio Domínguez, EL CORREO, 19/10/12
Cuando el lehendakari anunció que la fecha para la celebración adelantada de las elecciones autonómicas iba a ser el 21 de octubre, lo primero que muchos pensaron era que iba a coincidir, por un día, con el aniversario del anuncio de ETA de abandono del terrorismo. Esa circunstancia y el aniversario también de la celebración de la Conferencia de Aiete, el pasado día 17, podría hacer prever a priori que en la campaña iba a tener una fuerte presencia la decisión de la banda terrorista. En esas mismas dos fechas se cumplían los aniversarios de cinco asesinatos de ETA: un 20 de octubre, de 1983, la banda mató al panadero de Rentería Cándido Cuña. El 17 de octubre acumula otros cuatro crímenes en diferentes años. Pero era poco probable que nos acordáramos de estas cinco víctimas y que su memoria estuviera presente en la campaña de los partidos.
Pese a las sospechas iniciales, la cuestión de ETA, hasta el momento, ha pasado sin pena ni gloria por la campaña, con la excepción de las interpelaciones hechas en el debate de candidatos a la cabeza de lista de EH Bildu para que se desmarcara del terrorismo etarra. Laura Mintegi obvió olímpicamente las demandas de sus contrincantes con un argumento peregrino que lo único que pone de relieve es la incapacidad del mundo de Batasuna de asumir sus responsabilidades históricas en la violencia o de marcar distancia con su pasado.
Batasuna cree que unos buenos resultados electorales sirven para lavar cualquier responsabilidad política pasada en el terrorismo, aunque seguro que no estará dispuesta a aplicar el mismo argumento a los responsables políticos del GAL.
Estos días recorren el País Vasco diplomáticos de varios países y periodistas de medios extranjeros. Unos y otros están manteniendo entrevistas con políticos locales, empresarios e interlocutores diversos para reunir puntos de vista con los que analizar la situación. Una pregunta habitual de esas conversaciones es por qué no tiene coste electoral para la izquierda abertzale su larga connivencia con el terrorismo etarra. Y no hay respuesta fácil para esa pregunta, aunque también hay que precisar que no es particularidad vasca premiar al que ha tenido culpas en los años de terror. Ahí está el Sinn Féin en el gobierno de Irlanda del Norte.
Aparte de otros factores, como el hecho de que por vez primera se agrupan todas las fuerzas nacionalistas situadas extramuros del PNV y eso tiene un efecto multiplicador, tal vez haya que buscar la explicación en unas palabras que Xabier Arzalluz pronunció tras la tregua de ETA de septiembre 1998. El entonces líder del PNV dijo que un resultado importante de HB haría más difícil la vuelta a las armas. Quizá muchos electores pensaron entonces lo mismo, aunque, al igual que Arzalluz, es evidente que se equivocaron. Quizá muchos electores lo vuelvan a pensar ahora.
Florencio Domínguez, EL CORREO, 19/10/12