Los barones que ahora controlan el PSOE cargaron ayer contra Pedro Sánchez de forma más o menos directa. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no quiso entrar en el cuerpo a cuerpo y prefirió no ser muy explícita, pero sí le respondió –tras su anuncio de que está dispuesto a optar a liderar el partido– que «ahora no es el momento de proyectos personalistas».
Además, defendió «un PSOE autónomo de Podemos», en contra de lo que Sánchez propugnó cuando dijo que «si el PSOE quiere aspirar a ser alternativa, tiene que mirar de tú a tú a Podemos y trabajar codo con codo» con este partido.
Díaz puso como ejemplo, como hace siempre, el caso andaluz, donde «la derecha está en la oposición y Podemos, como tortolitos del PP, haciendo oposición al Gobierno». La líder de los socialistas andaluces dijo a los periodistas en Sevilla que ahora es el momento de «reconstruir un proyecto reconocible» y de «volver a redefinirse como partido de amplias mayorías» para volver a tener «la confianza de los ciudadanos».
Mucho más duro fue el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Este barón autonómico, uno de los más directos, calificó la entrevista de Sánchez como «elocuente» y «clarificadora».
García-Page acusó de forma indirecta al ex secretario general de estar «acomplejado» y de «trabajar para Podemos», dadas sus afirmaciones. «El PSOE tiene un espacio propio de vocación mayoritaria, un proyecto de transformación moderado», añadió, ya que «los grandes cambios en España nunca han venido de revoluciones». El jefe del Ejecutivo regional advirtió de que «el PSOE de mañana no puede ser un PSOE que dude de España» y no debe «evolucionar hacia planteamientos filonacionalistas».
Susana Díaz no quiere hablar de su candidatura, ni la Comisión Gestora quiere poner fecha aún al congreso del partido que elegirá a un nuevo líder. De hecho, su intención es retrasarlo, planteando antes una serie de encuentros programáticos, para desactivar en ese tiempo a Sánchez.
Sin embargo, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, pidió ayer a la socialista andaluza que se presente a las primarias ya.Las direcciones del PSOE en el País Vasco, Madrid y Baleares pidieron por su parte a la Gestora que se convoque un congreso federal «cuanto antes». La secretaria general de los socialistas madrileños, Sara Hernández, mostró además su «apoyo absoluto a la candidatura, aún no formalizada, de Pedro Sánchez».
Mientras, ayer continuó el castigo contra los diputados socialistas que votaron no a Rajoy cumpliendo su compromiso electoral. Después de notificarles que se abre un expediente que acabará en sanción –unos 600 euros a cada uno–, la dirección del PSOE en Aragón decidió arrebatar la coordinación de los diputados aragoneses a Susana Sumelzo, que fue una de los que mantuvo su negativa a apoyar a Rajoy.
Lo hizo en una reunión a la que no pudo asistir Sumelzo, que ayer debía asistir a la Comisión de Asuntos Exteriores. El día anterior, la número dos del partido en Aragón había sido convocada a una reunión en Zaragoza a las 17.00 horas, a la misma hora que ella tenía convocada una comisión parlamentaria. Sumelzo explicó que no podía asistir por esta convocatoria oficial y le pidió que la reunión fuera en otro momento. No obtuvo respuesta hasta que ayer se enteró, por los periodistas, de que el PSOE de Aragón había decidido en ese encuentro despojarle de su condición de coordinadora.