ABC 23/09/15
· Participa en campaña uno de los días que Sánchez, al que no citó, no estaba en Cataluña
«He perdido la rosa de la emoción», se lamentaba una señora al salir del acto electoral que reunió ayer en Sant Boi de Llobregat a Susana Díaz con Carme Chacón. La presidenta de la Junta de Andalucía desembarcó ayer en Cataluña para salir al rescate del PSC en la recta final de la campaña electoral en la que los socialistas tratan de minimizar las pérdidas, a la vez que sueñan con un vuelco en las encuestas. Y lo hizo en uno de los pocos días que Pedro Sánchez no participaba en campaña.
Para ello acudió a uno de los municipios del área metropolitana donde el PSC todavía retiene el gobierno local, pero ve asediada su antigua hegemonía por Ciudadanos y Catalunya Sí que es Pot. A pocos kilómetros, unas horas más tarde, mitineaban Albert Rivera e Inés Arrimadas en su ambición de convertir en naranja el antiguo cinturón rojo. La composición de fuerzas en el Parlamento catalán entre los partidos contrarios a la independencia dependerá en gran medida de lo que suceda en estos municipios.
La presidenta andaluza, que llegó al acto jaleada por algunos vecinos que le pedían fotos y la llamaban paisana, se dio un verdadero baño de masas ante un aforo mayoritariamente femenino y de edad avanzada. Antes de entrar atendía a una vecina que le contaba que su marido estaba acampado en Martorell porque van a deslocalizar la empresa en la que trabajó toda la vida. Díaz agradecía a quienes preguntaban por su reciente maternidad.
Ya en el escenario, no se le notó el tiempo de inactividad, como si no necesitase pretemporada. Consciente de la relevancia de sus palabras, se comprometió a «ayudar» para que el PSOE recupere La Moncloa el próximo diciembre. «España necesita otro Gobierno», manifestó. En un discurso, eso sí, en el que no mencionó ni una sola vez al líder de su partido. Tampoco para valorar su compromiso de apoyar a Rajoy para defender la legalidad en Cataluña.
Sobre las elecciones catalanas, su discurso tuvo en Artur Mas el centro de casi todas sus críticas, y apeló al sentimiento de un auditorio que sabía entregado. «Nadie ama contra otros. Mal gobernante es el que para defender lo que cree divide a un pueblo», planteó la líder andaluza, que equiparó al presidente de la Generalitat con Mariano Rajoy. Aunque consideró a Mas como «único responsable» del proceso de ruptura, criticó al presidente del Gobierno por no haber estado a la altura «ni de Cataluña ni de España». Díaz denunció que Mas «no se ha comportado como el presidente de todos los catalanes» y, al contrario de muchos de sus oponentes que piden su dimisión tras el 27S, Díaz le pidió «que se quede y dé la cara pase lo que pase», para que responda por su gestión.
Díaz animó a todos los asistentes a votar al PSC para defender un modelo del que destacó la defensa de la ley de dependencia y la sanidad pública universal, y ante las medidas de Mas y Rajoy, a los que acusó de «gobernar para unos pocos», puso en valor las figuras de José Luis Rodríguez Zapatero y Ernest Lluch.
La presidenta andaluza dijo que su «amiga» Carme Chacón le ha enseñado a amar Cataluña. Y ambas escenificaron una química excepcional. La política catalana intervino también para acusar a Mas de haber «desmantelado el estado de Bienestar» en cinco años. «Su gestión es imposible de defender. Se ha escondido de número cuatro y ha puesto un extra para las escenas difíciles». Al término del acto unas vecinas le pedían una foto y desafiaban a la demoscopia pidiéndole «mayoría absoluta». Chacón no quiso quitarles la ilusión: «Hay que arrasar».