EL CONFIDENCIAL 17/05/17
JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS
· Sánchez es dibujado como un tipo dispuesto a aceptar recados políticos de sus mayores (…) ‘nos vale…’ de forma transitoria, hasta que llegue el momento para que Díaz dé el salto al sillón de Ferraz
Dice su autor, el periodista Jesús Maraña, que su libro no es un ensayo político, ni histórico ni sicológico, sino simplemente —y no es poco— un “relato honesto de lo que he vivido, escuchado, observado y leído” sobre la crisis de la izquierda en España y, en particular, en el PSOE. ‘Al fondo, a la izquierda’ (editorial Planeta), que hoy se pone a la venta, consigue lo que su autor promete. Y ese es uno de sus méritos: Maraña describe con una información de primera mano la crisis del PSOE que está a pocos días de eclosionar. La suya no es una descripción rutinaria, meramente cronológica o enunciativa de los hechos. Se trata de un relato que incorpora novedades, ordena los acontecimientos y contextualiza la batalla interna en el socialismo español que hace arrancar del 12 de mayo de 2010, cuando Zapatero anuncia en el Congreso las medidas de austeridad extrema para combatir la crisis económica que el entonces presidente tardó tozudamente en calificar de tal.
Imposible resumir en una breve reseña esta crónica amplia y detallada. Pero en la exposición de Maraña queda claro que el PSOE se encuentra en una situación límite por la concurrencia de ambiciones desmedidas, mentiras y traiciones. El autor elude los juicios de valor y deja que el lector se construya los suyos, pero da cuenta de algunos episodios que explican el cómo y el porqué los socialistas han llegado a este punto que el domingo pasado, Santos Juliá, en ‘El País’, diagnosticaba como “la enfermedad senil del socialismo”, que no es otra que “el faccionalismo”, del que caben serias dudas de que el PSOE pueda recuperarse y no desemboque en una escisión o en una guerra civil interna en la organización. El debate de anteayer auguró lo peor.
Dice Maraña que a Pedro Sánchez le sobra ambición. Sus mentores —este episodio del libro es de gran interés— no calaron la idiosincrasia del personaje frente a la de Eduardo Madina, que pudo ser su alternativa. Una de las claves de lo que ocurre ahora se recoge en este párrafo (página 46), cuando después de una reunión de notables del partido y ante las primeras elecciones primarias a la secretaría general del PSOE, Susana Díaz afirma en referencia Sánchez: “Este chico no vale, pero nos vale”. Y escribe el autor de ‘Al fondo, a la izquierda’: “Una reflexión clave para entender lo que ocurre a partir de entonces. Sánchez es dibujado como un tipo alto, guapo, simpático, bien dispuesto al diálogo y a aceptar recados políticos de sus mayores (…) ‘nos vale…’ de forma transitoria, hasta que llegue el momento oportuno para que Díaz dé el salto al sillón de Ferraz, en el sobreentendido de que su liderazgo será vigilado, compartido o tutelado”.
A partir de ahí, el relato de Maraña se desencadena casi como de manera autónoma: ese ‘chico’ comenzó a ser exactamente lo que no parecía. Resultó ambicioso, mendaz (lean el párrafo final de la página 298 y el inicio de la 299 para comprobar cómo mentía Sánchez a Rivera y a Cayo Lara, y cómo lo hizo al propio Iglesias) y, a la postre, un rebelde sin más causa que la suya, que luego fue construyendo con un discurso a lo Mèlenchon del que Maraña cuenta con detalle su visita a Madrid cuando no podía suponerse que el francés lograse casi el 20% del voto en la primera vuelta de las elecciones galas. Por lo demás, Díaz y sus contrafuertes en el partido no solo se confunden sobre la docilidad de Sánchez, sino que también protagonizan simulaciones e hipocresías que Maraña cuenta descarnadamente, como cuando la presidenta de la Junta de Andalucía (página 325) le revela: “Yo creo que algún día habrá que reconocer que somos un Estado plurinacional… pero en su momento, cuando toque, paso a paso”.
Ese ‘chico’ comenzó a ser exactamente lo que no parecía. Resultó ambicioso, mendaz y, a la postre, un rebelde sin más causa que la suya
La crónica de esta guerra en el PSOE —contada muy honradamente por su autor, porque su inclinación ideológica, inequívoca, le permite proximidad pero le exige, y consigue, distancia crítica— explica cabalmente que las primarias del próximo domingo se plantean a vida o muerte y que en función de quién las gane ocurrirá una cosa u otra, pero todas negativas, porque Maraña lo que nos muestra en este relato —en mi opinión, definitivo sobre el episodio que vive el PSOE— es que entre los protagonistas de la historia se han incubado demasiadas simulaciones, enfrentamientos y hasta odios.
El lúcido Juliá —cuya tesis del pasado domingo se entiende mejor leyendo el preciso e inédito relato de Jesús Maraña— advierte de que esta lucha entre facciones provocará una fuerte sacudida en la izquierda, no tanto porque Podemos supere al PSOE en unas futuras elecciones, sino porque su electorado se desenganchará del partido y llevará sus votos a “otros puertos cuando el PSOE aparezca como fuerza residual en el sur o cuando Iglesias ofrezca la vicepresidencia a Sánchez y ambos se presenten en público puños en alto, como en los buenos viejos tiempos de izquierda unida jamás será vencida: si el faccionalismo es hoy la enfermedad senil del socialismo, el izquierdismo era, ya en tiempos de Lenin, la enfermedad infantil del comunismo”.
En estos tiempos hay que leer a los periodistas (“el historiador del día a día”, según Camus, definición en la que el autor se ve reflejado) y a historiadores como Juliá. El resultado compone una combinación de conocimientos que nos hace más sabios aunque provoque sentimientos desoladores. Entre ellos, el de la certidumbre de que el PSOE puede estar en unas horas críticas, situándose justamente “en el fondo, a la izquierda”. Pero muy en el fondo. Un buen título para un excelente relato periodístico que dará que hablar.