ABC 22/03/16
· El entorno de la líder andaluza ya no lo niega y él acepta el reto: «Es ella quien tiene que responder a esa pregunta»
Desde la página 1 Susana Díaz está decidida a disputar a Pedro Sánchez la Secretaría General del PSOE en el 39 Congreso del partido si no consigue ser investido presidente del Gobierno antes del 2 de mayo. Ella guarda silencio, pero el entorno de la presidenta andaluza ya no lo niega: «Nada nuevo. Las decisiones se deben tomar en su momento». En privado, ha dejado caer a sus fieles que, esta vez sí, se presentará y hasta tal punto ha vuelto el «ruido» de liderazgo en el partido que ayer, en Canarias, Sánchez se vio obligado a responder a esa cuestión en rueda de prensa: «Tengo a Susana mucho aprecio, la respeto y creo que está haciendo un buen trabajo al frente de la Junta de Andalucía, pero, insisto, es ella quien tiene que responder a esa pregunta, no yo».
El líder socialista, como adelantó ABC, está decidido a mantener el calendario del 39 Congreso: elección en urna del secretario general por los 190.000 militantes el 8 de mayo y ratificación por el plenario los días 21 y 22 del mismo mes. Pero bastantes barones quieren retrasarlo porque «está claro que no va a ser un congreso de trámite». Creen que «abrir el partido en canal» en plena negociación de investidura –el 11 de abril se anuncian los candidatos– solo puede traer malas consecuencias: Sánchez se vería «empujado» a pactar un gobierno de cualquier manera con Podemos y la abstención de los nacionalistas catalanes, para sobrevivir. Y si no lo consigue y se repiten las elecciones, el 26 de junio, el ganador del 39 Congreso, sea él o ella, las afrontará debilitado.
Además, añaden varias fuentes, durante todo abril el PSOE tendría a un Pablo Iglesias, hoy en horas bajas por la crisis en Podemos, frotándose las manos porque «con solo aceptar que Pedro sea presidente del Gobierno ya tendrá en su mano los destinos del PSOE». Por eso, varios secretarios generales están presionando a Sánchez a fin de que aplace el duelo con Susana Díaz hasta después del 26-J. Pero el líder socialista no da su brazo a torcer. Hace varios días recordó en una entrevista en la Ser que «la fecha del Congreso está decidida: es el 8 de mayo. Es una decisión colegiada que tomamos todos los compañeros» en el Comité Federal del 30 de enero; por tanto, solo puede ser revocada en otra reunión del máximo órgano entre congresos que no va a convocar si no le doblan el pulso.
«Otro amago más»
En el fondo, Pedro Sánchez y su equipo piensan que lo de ahora no pasa de ser «otro amago más» de la presidenta de la Junta de Andalucía, quien «volvería muy tocada» a Sevilla si no se alza con la victoria el 8 de mayo. Sánchez se siente fuerte tras haber obtenido el apoyo de 74.000 militantes (un 80% de los que votaron) en el referéndum del 26 de febrero sobre sus pactos de investidura, 12.000 votos más de los que logró en julio de 2014. Frente a esas cuentas, el PSOE andaluz resalta que su federación sigue siendo la que más militantes aporta al conjunto, nada menos que el 25% de los 189.167 (censo de los que participaron en la consulta de hace un mes).
El cálculo que hacen Susana Díaz y los barones que la apoyan es que, con que el 80% de todos los afiliados an-
daluces la apoyen, sabiendo lo que se juega, y saque más de un 25% de los votos en otras federaciones, ya gana a Sánchez. Pero el PSC, la segunda federación en número de afiliados, está claramente en contra, se señala en la dirección federal; lo mismo que Galicia, Baleares, País Vasco, Murcia, Castilla y León, Cantabria y otras.
Oficialmente, desde el PSOE-A se guarda silencio, pero vuelve con fuerza el run-run del salto a la política nacional de Susana Díaz. Ayer, el portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento autonómico, Mario Jiménez, hacía un balance del año que lleva Díaz en la Junta dejando poco margen a la imaginación. Jiménez transmitía un mensaje: «Andalucía es un ejemplo de estabilidad política, de apuesta por el empleo, de recuperación de derechos, de blindaje del Estado del Bienestar». Añadía que todo eso se debía a la capacidad de Susana Díaz al frente del Gobierno andaluz, que ponía como ejemplo de la nueva política «que es la que se demanda en toda España».
Este argumento no es nuevo. En numerosas ocasiones, desde el PSOE-A y desde la Junta se ha puesto a Andalucía como ejemplo de gestión política: estabilidad en un Parlamento dividido, el triunfo del diálogo y la capacidad de haber aprobado el primer presupuesto de una comunidad autónoma para 2016 a pesar de tener un Gobierno en minoría. Valores al alza en esta coyuntura política que Susana Díaz se arroga cada vez que tiene oportunidad.
La fecha ya no importa
El silencio que guarda la dirección regional sobre el posible cambio de fecha del 39 Congreso Federal es otra prueba de ello. Nadie oficialmente se pronuncia sobre la conveniencia o no de retrasar esta cita hasta después de las elecciones del 26 de junio porque «corresponde al Secretario Federal tomar esa decisión y será responsable de lo que haga», señalan diversas fuentes consultadas.
Da la impresión de que a Susana Díaz le da igual ya la fecha que sea porque tiene decidido disputar la Secretaría General del PSOE a