Los intentos de acallar las diferencias internas sobre el modelo territorial e imponer la plurinacionalidad le están sirviendo de poco a la dirección del PSOE que encabeza Pedro Sánchez, cuya autoridad volvieron a poner ayer en entredicho los socialistas de Andalucía.
A sólo unos días de que comience el 13º Congreso Regional del PSOE-A, la presidenta de la Junta y su equipo se esfuerzan en marcar territorio y dejar claro, con mensajes y con gestos, que su control sobre la federación más importante del PSOE es absoluto y que aquí el sanchismo y las directrices de Ferraz no tienen el mismo peso que en Madrid.
El debate abierto en el seno del PSOE sobre el modelo de Estado se ha convertido en el nuevo pulso entre Pedro Sánchez y Susana Díaz y está acrecentando las tensiones de cara al reencuentro que ambos protagonizarán el domingo, cuando está previsto que el secretario general clausure el cónclave regional en el que su rival en las primarias quiere ratificar su poder en Andalucía.
El portavoz socialista en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez, se encargó ayer de mantener el desafío territorial dejando muy claro que el debate, pese a los intentos de Ferraz, no está cerrado.
Jiménez, que fue portavoz de la Gestora que dirigió el PSOE hasta la celebración de las primarias, reclamó a la dirección federal que abra un proceso de diálogo con las federaciones territoriales al objeto de concretar el modelo territorial que el partido quiere promover.
En este sentido, reclamó que los territorios tengan voz y voto en la definición de ese modelo y manifestó que, a su juicio, es imprescindible un «diálogo muy intenso» en un proceso que debe abrir el equipo de Pedro Sánchez.
«Se trata de una materia que tiene una gran trascedencia desde el punto de vista jurídico, constitucional y estatutario, del trayecto histórico y autonomista de los distintos territorios y desde el punto de vista de las competencias y de los hechos diferenciales», apuntó.
Jiménez señaló que hay cuestiones que atañen exclusivamente a la Ejecutiva de Sánchez, pero que hay otras materias, las que tienen que ver con la «planta política del Estado o la redefinición del Estado de las autonomías y su evolución hacia un Estado federal, que requieren un esfuerzo intelectual importante» y, además, diálogo con las federaciones.
Entre las primeras materias derivadas del congreso federal y que corresponden a la dirección federal «ahormar», el hombre de confianza de Susana Díaz citó aquellas que tienen que ver con la «estructura orgánica» del partido.
Defendió, una vez más, la Declaración de Granada, destacando que fue el resultado de seis meses de negociaciones entre las direcciones territoriales y la dirección federal, entonces encabezada por Alfredo Pérez Rubalcaba. «Fueron muchos meses y semanas de trabajo, de mucho diálogo y mucha discusión», resaltó. «Si se convoca ese esfuerzo de coordinación, el PSOE andaluz acudirá aportando su trayectoria democrática», enfatizó Jiménez.
El portavoz parlamentario también se refirió a la decisión de Sánchez y su equipo de apartar a Alfonso Guerra de la presidencia de la Fundación Pablo Iglesias, que ha provocado malestar en el PSOE andaluz.
Mario Jiménez no se esforzó en disimularlo ayer. «Es una decisión que le corresponde a la dirección federal, entiendo y espero que ha valorado los pros y los contras», aseguró para defender, a continuación, la figura del ex vicepresidente, «una persona fundamental para el advenimiento de la democracia en España y esencial para la llegada del cambio».