Susana Díaz no arrasó ayer en la recogida de avales. En contra de lo que pronosticaba su equipo y en contra de lo que opinaba casi todo el mundo en el PSOE, la aspirante andaluza a liderar el partido no logró ayer despegarse de Pedro Sánchez y le ganó por sólo 6.241 firmas de diferencia: 63.610 de la andaluza frente a 57.369 del madrileño.
Díaz cuenta con el apoyo de seis presidentes autonómicos y 36 secretarios generales provinciales, además de cientos de alcaldes y secretarios locales. Sin embargo, todo ese peso orgánico –Sánchez sólo cuenta con cuatro secretarios provinciales– no se tradujo en avales, como todos esperaban. El sorprendente dato de Sánchez lo colocó ayer por primera vez como serio aspirante a ganar las primarias. Hay partido.
Al filo de las 11.30 horas de ayer, llegaba a Ferraz el equipo de Susana Díaz encargado de entregar sus avales. Sus hombres de confianza escogieron a un grupo de jóvenes socialistas desconocidos encabezados por el secretario general de Juventudes Socialistas, Nino Torre. Sonrientes y felices, los afines a Díaz entraron exultantes en la sede federal del PSOE con 17 cajas de avales para la presidenta. En su interior llevaban 63.610 firmas de apoyo expreso a la candidata andaluza, una cifra sin precedentes que superaba en más de 20.000 las que consiguió Pedro Sánchez en 2014, cuando fue elegido líder socialista.
El equipo de la presidenta de la Junta de Andalucía daba ya por hecho que el camino de Díaz hasta la votación en primarias del 21 quedaba completamente allanado.
Pero a los pocos minutos llegaron los de Pedro Sánchez. Otros tantos desconocidos de todas las federaciones encabezados por el número dos del PSOE de Navarra, Santos Cerdán. El número de avales que guardaban sus 26 cajas era el secreto mejor guardado, pero los rostros de los afines al ex secretario general reflejaban incluso más satisfacción que el de los susanistas. Pocos minutos después, Cerdán hizo pública su cifra de avales ya en rueda de prensa y dejó a todos boquiabiertos: 57.369 firmas, sólo 6.241 menos que Díaz.
Los tres precandidatos sólo tenían que superar los 9.368 avales (el 5% del total de militantes). Susana Díaz apretó al máximo en toda España –sobre todo en Andalucía–, con el objetivo de abrumar a sus adversarios con una cifra apabullante. Así lo admitía su equipo en los días anteriores. «Vamos a intentar recoger el número máximo de avales posible, porque este dato siempre anticipa quién gana después en votos», decían. «La cifra va a ser espectacular; vamos a arrasar», concluían. Finalmente, y a pesar de la potencia de sus aparatos, ganaron a Sánchez por la mínima. Los rostros de Nino Torre y de los demás susanistas reunidos en Ferraz eran un poema.
Enseguida, fuentes de las federaciones que apoyan a Díaz empezaron a deslizar que Pedro Sánchez podía haber montado «un pucherazo» con sus avales, apuntando que podían haber incluido a personas que no son del PSOE o haber duplicado avales de Díaz.
Por eso, pidieron la comprobación una a una de las firmas, que al cierre de esta edición continuaba realizándose en Ferraz bajo la supervisión de personas de los tres equipos.
Sin embargo y entrada la noche, fuentes de la Gestora apuntaron que las anulaciones estaban siendo pocas y podían entrar dentro de lo normal, aunque hasta hoy no habrá un dato oficial de avales validados.
El tercer candidato en discordia, Patxi López, rechazó entrar en la carrera de avales en la que se embarcaron los otros dos aspirantes y llevó a Ferraz seis cajas con 12.000 firmas de militantes de toda España, el mínimo exigido más un pequeño colchón de seguridad. «Hoy no es la meta volante de nada», aseguró el coordinador de la campaña de Patxi López, «es la parrilla de salida» de las primarias.
La cifra presentada por Sánchez supuso un auténtico mazazo para el equipo de Díaz, a pesar de que la andaluza consiguió ganar en avales. Sus afines en absoluto esperaban que el ex líder socialista pudiera acercarse a su número de firmas. De hecho, la mayoría pensaba que sus datos no eran buenos.
Las cifras conocidas ayer ponen de manifiesto en primer lugar la enorme movilización de las bases socialistas en estas primarias. Más del 70% de los 187.949 militantes socialistas han avalado a alguien con su voto, cuando la participación en la votación en 2014 no llegó a esa cifra. En las anteriores primarias fueron 76.488 los afiliados que avalaron a algún candidato. Esta vez la cifra asciende a más de 132.000. Estos datos hacen prever, según todas las fuentes, una participación récord en las primarias en urna del próximo 21 de mayo, que podría superar el 80%.
El segundo efecto de la entrega de avales puede ser aún más importante. Hasta ayer, la gran favorita para ganar las primarias era Díaz, tanto fuera como dentro del PSOE. Sin embargo, y con las firmas sobre la mesa, Pedro Sánchez se sitúa al mismo nivel de Díaz y como un posible ganador.
Como señalan todos, los aparatos provinciales y locales tienen mucho más poder e influencia sobre la recogida de avales que sobre los votos, como aseguran todas las fuentes del PSOE. El sufragio en urna es secreto. Y es mucho más difícil de controlar para los secretarios generales y de Organización locales que los avales.
Por último, fuentes afines a Sánchez apuntaron que la potencia y la capacidad de movilización demostradas ayer por el ex líder pueden polarizar aún más la campaña al haber sólo dos posibles ganadores y un seguro perdedor a gran distancia: Patxi López. El voto crítico que hasta ahora se dividía entre las candidaturas del madrileño y del vasco podría concentrarse desde ahora en el candidato que ayer demostró que tiene opciones de doblarle el pulso a Susana Díaz.
De hecho, los sanchistas se sentían ayer ganadores, como aseguraban sin tapujos. «Se demuestra que vamos a ganar y con una diferencia considerable», aseguraban sonrientes en Ferraz.
Desde Jerez de la Frontera (Cádiz), Pedro Sánchez afirmó que con las cifras de ayer se demuestra que «estaban equivocados aquellos que pensaban ganar el congreso antes de que los militantes votáramos». En un acto ante más de 1.000 militantes andaluces, Sánchez enfatizó que «estamos ante el nacimiento de un nuevo PSOE que deje atrás aquel donde decidían cuatro o cinco y a partir de ahora sea el partido de la militancia».
Susana Díaz, por su parte, en un acto en León evitó valorar la sorprendente cifra conseguida por su rival. Sólo enfatizó que «nunca ha habido una cifra de más de 63.000 avales en un proceso de primarias» y que está «feliz de haber logrado ese respaldo». «Voy a ser prudente hasta que acabe el recuento por parte de la comisión electoral», aseguró la presidenta andaluza, «pero estoy feliz de haber ganado y ahora voy a ganar en votos, que es lo que quiero para iniciar la remontada electoral».