Miquel Giménez-Vozpópuli
  • Es útil conocer la jerga política durante este periodo electoral

Bien pudo decir Azorín que nuestra lengua es un licor que se paladea y del cual no se puede prescindir. Que algunos candidatos consideren que con eso no tienen bastante y le arreen a la coñá son otros Garcías, porque se emborrachan de palabras y luego no hay guardia civil que les haga pasar la prueba del alcoholímetro lingüístico con éxito. Repasemos para mayor conocimiento del elector que, si bien no se emborracha de palabras, si suele estar empachado de facturas, algunas frases, parábolas y paralepípedos que escucharán estas dos semanas de mítines, cantinfleo, chamulleo, pordioseo y chulería. La más recurrente: “Yo no voy a engañaros”. Si la oyen, pálpense las carteras y huyan, porque la sirla está al caer. Otra: “Lo que no han hecho ellos, lo haremos nosotros”. Significa que las burradas que les quedan por hacer a los que mandan ya se ocuparán ellos de acometerlas con mayor ímpetu si cabe, que siempre cabe.

“Se lo debemos a nuestros hijos”, expresión quiere decir “Sus hijos todavía estarán pagando el pufo que vamos a dejar”. Más. “Todo se lo debemos a quienes nos precedieron”, más ajustada a la verdad, porque muchos políticos son hijos de papá y, si son algo en la vida, es porque el patrimonio familiar es mullido cual colchón de plumas o pectoral – cualquiera – de Sabrina. “Con nosotros bajarán los impuestos, disminuirá el paro, crecerá el ahorro y desaparecerán las desigualdades”. La responsabilidad de esta frase es de un asesor disléxico que en 1898 escribió un discurso para el político gascón Emmanuelle de la Figue, queriendo decir “Con nosotros crecerán los impuestos, el paro, las desigualdades y desaparecerá el ahorro”.

“Todo se lo debemos a quienes nos precedieron”, más ajustada a la verdad, porque muchos políticos son hijos de papá y, si son algo en la vida, es porque el patrimonio familiar es mullido cual colchón de plumas o pectoral – cualquiera – de Sabrina»

Capítulo de promesas. Ojo si alguien alto, bien peinado, con traje y pretendiendo emular a Rock Hudson en “Pijama para dos” dice que no pactará jamás con Bildu. Au contraire, Sire. Señalar que esta regla se aplica solo en España, como llevar asesinos en las listas, esconder casos de prostitución, drogas, malversación, desvío de fondos europeos, adulteración de los máximos órganos e instituciones del estado tras el obligado “¿Qué puede esperarse de la extrema derecha?” cuando una paloma suelta el condumio encima de tu impoluta chaqueta.

Ni que decir tiene que palabras como machismo, heteropatriarcado, ideología de género, todas y todes, matria, cosificación, acoso, el violador eres tú, cambio climático, homofobia, España federal, derecho a decidir o in-inda-indapandència suelen emplearse, como en las obras de teatro de escaso presupuesto y mínimo talento se usa el humo seco, para disimular la pobreza de la mise en scéne y el secarral creativo del autor. Tampoco hagan caso a los que suelen recurrir a expresiones como “Antifascistas” cuando en realidad son más fascistas ellos que nadie, o gollerías como “Fijos discontinuos” en lugar de parados, “Política internacional” por bajarse los pantalones delante de Marruecos, “No respondo a medios de la extrema derecha” por no responder a un periodista que no viene a lamer el caleidoscopio, o “¿Y a ti qué más te da?”, frase de última hornada que significa “¡Qué bajo he caído!”.

Ojo si alguien alto, bien peinado, con traje y pretendiendo emular a Rock Hudson en “Pijama para dos” dice que no pactará jamás con Bildu. Au contraire, Sire«

Creo que con estas nociones básicas pueden ustedes ir tranquilos en esta campaña, aunque si me permiten un consejo yo de ustedes me pondría sendas torundas de algodón en los oídos, dejaría pasar las dos semanas y el día de las elecciones iría a votar con la sonrisa en los labios diciendo para ustedes, como Horacio, Rapiamus, amici, occasionem de die. Cojamos amigos, la ocasión al instante.