- En rigurosa primicia ofrecemos un adelanto editorial de esta esperada obra lexicográfica, que sale de la mano del celebrado autor de ‘Manual de Resistencia’
Algunos estadistas trascienden ese rol y logran dejar un legado que va más allá. Tal es el caso de Cicerón, cuyos clásicos ensayos sobre la vejez y la amistad todavía se siguen leyendo con disfrute y provecho; o del primer ministro británico Disraeli, que fue al tiempo un novelista de éxito; o de Churchill, que ganó el Nobel de Literatura y pintaba acuarelas con buena mano.
El presidente Sánchez Pérez pertenece a esa estirpe de mandatarios humanistas. Desde 2018 está aportando importantes innovaciones lexicográficas, hasta el extremo de que está a punto de salir de la imprenta el primer Diccionario de Pedrolés. En rigurosa primicia ofrecemos algunas entradas del vocabulario de esta magna obra, salida de la mano del celebrado autor de Manual de Resistencia:
–Bulo: Noticia cierta, pero que se da la desgracia de que es contraria a los intereses del régimen pedrolista.
–Casquería: Dícese de la labor de todo político de derechas que ose a criticar al Gobierno.
–Cero: Eufemismo con el que el régimen designa el mayor apagón del siglo en España.
–Ciberataque: Bulo que sirve para distraer en los casos de apagón.
–Democratización: Leyes ad hoc para constreñir la democracia amordazando a la prensa y a los jueces que hacen su trabajo.
–Desinflamación: Darle al separatismo catalán todo lo que pida para poder seguir okupando el poder, incluso a costa de hacer leyes a la carta con españoles de primera y de segunda y de guindar dinero al resto de los españoles para primar a una región.
-Diálogo: No dialogar.
–Fachosfera: Conjunto de ciudadanos, periodistas y empresarios que merecen ser insultados desde el poder porque les ha dado por cometer el sacrilegio de no ser de izquierdas.
–Feminismo: Rebajar las penas de la Manada y de casi mil violadores, fracasar estrepitosamente en la lucha contra los asesinatos de mujeres, hacer el avestruz cuando en administraciones gobernadas por nacionalistas se abusa de menores tuteladas y promocionar a la mujer del César con cargo al aparato del Estado.
–Fijo discontinuo: Parado que no computa como tal gracias a una trampa conceptual de Yolanda.
–Franco: Ministro sin cartera del Gobierno que revive en situaciones de agobio.
–Justicia fiscal: Estado confiscatorio. Crujir a impuestos al contribuyente y a los empresarios.
–Mentir: Cambiar de opinión, práctica política perfectamente aceptable.
–Pájara: Ministra de Defensa en la jerga del líder feminista.
–Parador: Centro de esparcimiento ministerial.
–Petardo: Sinónimo de líder regional del PSOE que se atreve a pronunciar levísimas críticas al líder.
–Pichona: Primera dama cuando el summum se pone meloso.
–Presupuestos: Una utopía de tiempos reaccionarios. Hoy en día ya no hacen falta.
–Progresismo: El credo superior, la médula del pensamiento único. Se trata de un concepto elástico, que ahora mismo engloba a los socialistas, los comunistas, el partido de ETA, los supremacistas de derechas catalanes y la derecha amarrategui vasca.
–Regeneración: Prometer una gran limpieza de la vida pública para acabar en una peli de Torrente, con el ministro del trinking, la cuádruple imputada, el hermanísimo del dedazo y el fiscal borrador de móviles.
–Resiliencia: Atornillarse al poder a cualquier precio sin ganar las elecciones.
–Ultraderecha: Partidos tan extremistas que defienden la unidad de España, el orden constitucional, el idioma español, la familia, el hecho biológico hombre-mujer y una fiscalidad razonable.
–Victoria: Palmar de una tacada las municipales, las autonómicas, las generales y las europeas y levitar cuando en realidad eres un perfecto pato cojo.
–Zapatero: Dícese del blanqueador de dictaduras y lobista de regímenes totalitarios que ejerce de ministro de Exteriores oficioso del régimen progresista.