DICE Mariano que el mitin de los golpistas de Cataluña y sus aliados comunistas de Madrid «es lo más grave que ha visto en su vida política». Dice también que mediante el chantaje y ese referéndum ilegal que van a promover «sí o sí» pretenden que el Parlamento derogue la soberanía nacional que reside en el pueblo español y que él ni puede ni quiere romper. Y añade que, cumpliendo su obligación legal, impedirá la ruptura de la integridad nacional y la destrucción del régimen constitucional.
Dice el Gobierno que preside Mariano y el partido que dirige Rajoy que respaldan el análisis y ratifican su compromiso de defender la legalidad frente a lo que medio Consejo de Ministros llama abiertamente «El Golpe» y García Albiol, cabeza del PP en Cataluña, definió hace ya tiempo como «un golpe de Estado a cámara lenta». Tan a cámara lenta que llevan, según el propio PP, cinco años perpetrándolo, acumulando ley tras ley contra la legalidad autonómica o estatal y usando ilegítimamente el dinero que todos los españoles, so pena de multa, aportamos al Fondo de Liquidez Autonómica, para sus actividades separatistas y para que los 200.000 funcionarios sigan cobrando su sueldo cada mes, pese a la deuda de 72.000 millones de euros que arrastra y arrastraría la futura República.
Los medios cercanos al Gobierno, tanto que le deben su existencia, subrayan que la desvelada Ley de Transitoriedad Final (!) impone una dictadura nacionalista en Cataluña y liquida cualquier garantía legal para los ex ciudadanos españoles, que serán objeto de persecución. La Ley de Desconexión –que sin embargo no desconecta del sistema de pensiones ni de la Unión Europea, cosa de España– prevé el cierre de los medios de comunicación que no apoyen el referéndum. Y todos los bienes muebles e inmuebles del Estado español, humanos y edificios, pasarán a la República Catalana antes de su depuración. Los primeros, los jueces, cuya matanza censal tiene el adobo listo en la acreditada firma Embutidos Vidal.
Esto dicen Mariano, su Gobierno y su entorno mediático. Pero al preguntarle qué medidas tomará ante el golpismo separatista, Mariano ha vuelto a invitar a Puigdemont y compañía a presentar en el Parlamento su proyecto para liquidar la Nación y la Constitución. Como lo rechazaron el viernes, ayer, martes, irritadísimo, insistió.