EL MUNDO 11/03/14
· Critica que el Estado autonómico es hoy «insostenible e inviable»
La portavoz de Unión Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, consideró ayer que fue una «ingenuidad» pensar que el modelo autonómico español ideado en 1978 serviría para integrar al nacionalismo, y pidió no cometer ahora el mismo «error» y pretender calmarlo con propuestas de «federalismo a la carta» como hacen los socialistas, algo que ve como «una soberana tontería».
Díez pronunció anoche una conferencia en el Club Siglo XXI muy crítica con el actual Estado de las Autonomías, que, apuntó, fue «una improvisación» que ha derivado en un «modelo híbrido e indefinido» de Estado descentralizado con rasgos federales, confederales e incluso centralistas, informa Europa Press.
A su juicio, esto significa que España soporta «muchos de los inconvenientes» de un estado federal, como la complejidad administrativa territorial o las disparidades legales, sin «ninguna de las muchas ventajas» de los diversos modelos federales, ya que no existe «ni la corresponsabilidad, ni la lealtad ni el reconocimiento de la cláusula de prevalencia de las leyes federales».
«El Estado de las Autonomías ha derivado en un modelo elefantiásico, insostenible en lo económico e inviable en lo político», denunció. Un modelo incapaz, por su estructura obsoleta, duplicada e imprecisa, de garantizar el cumplimiento efectivo de los artículos de la Constitución que son innegociables, aquéllos que proclaman derechos fundamentales como la igualdad, la justicia y la libertad».
Rosa Díez reconoció que el sistema autonómico «transformó» España, pero, mientras, el nacionalismo identitario «reclamaba una mayor cuota de singularidad». Según resumió, esto significó que «la alta descentralización política de España resultó incompatible con las ansias de singularidad de los partidos nacionalistas».
«El nacionalismo es insaciable y la estabilidad democrática nunca podrá depender de su voluntad», alertó antes de presentar la propuesta de UPyD: un modelo federal cooperativo aprobado «a pesar de los nacionalistas». Para ello, la formación magenta reclama una reforma de la Constitución que resuelva «los retos de la sociedad española del siglo XXI» y que cierre la distribución de competencias entre el Estado, las comunidades autónomas y las entidades locales.