EL MUNDO 06/03/13
El fiscal general del Estado archivó ayer el expediente de remoción abierto el lunes a Martín Rodríguez Sol como fiscal superior de Cataluña después de que éste presentara su renuncia, que fue aceptada por Eduardo Torres-Dulce.
Rodríguez Sol insistió ante su superior en que creía haber actuado correctamente al pronunciarse a favor de una consulta de autodeterminación al pueblo catalán.
Martín Rodríguez Sol renunció ayer por la tarde al cargo de fiscal superior de Cataluña para el que hace sólo siete meses le había elegido el fiscal general, Eduardo Torres-Dulce.
Amigos desde hace muchos años y compañeros de travesía en la Asociación de Fiscales, en el Consejo Fiscal y, hasta ahora, en la cúpula del Ministerio Público, la renuncia de Rodríguez Sol se produjo durante una reunión a la que le había convocado el fiscal general en el marco del expediente de remoción que Torres-Dulce abrió el lunes.
Formalmente, era el trámite de audiencia que la normativa impone cuando el fiscal general quiere destituir a un fiscal jefe para que éste haga las alegaciones oportunas. Pero también fue una franca, y amarga, conversación entre dos íntimos amigos en la que Martín Rodríguez Sol insistió en la corrección de sus manifestaciones sobre la consulta de autodeterminación en Cataluña («al pueblo hay que darle la posibilidad de expresar lo que quiere», dijo el domingo, en sintonía con las tesis de CiU) y Torres-Dulce constató la pérdida de confianza en un alto cargo del organigrama de la Fiscalía que ha roto la neutralidad política que la Constitución exige al Ministerio Público.
Rodríguez Sol manifestó a Torres-Dulce que él creía que entraba dentro de su papel como fiscal superior de Cataluña buscar vías de solución a un problema real consistente en que muchos catalanes quieren un cambio de relación con el Estado. Añadió que, en su opinión, al sostener la posibilidad de una consulta al pueblo catalán para conocer sus deseos y aspiraciones no estaba atacando la Constitución ni apoyando un proyecto secesionista.
La suerte estaba echada, porque para Torres-Dulce es una cuestión de principios que los fiscales no deben intervenir en el debate político y porque en más de una ocasión le había recordado a Rodríguez Sol el deber de ser prudente y políticamente neutral en sus manifestaciones públicas, indicación que el fiscal superior ha ignorado.
Si Rodríguez Sol no hubiera dimitido, el fiscal general hubiera seguido adelante con el expediente de remoción y, de hecho, el mismo lunes fueron convocados para este jueves los miembros del Consejo Fiscal, órgano que también debía ser oído antes de la remisión al Gobierno de la propuesta de destitución.
El fiscal general ha cerrado la crisis abierta por el fiscal superior de Cataluña en 48 horas y por una vía menos traumática que la que hubiera supuesto la continuación del expediente. Fue la misma opción que eligió Eduardo Fungairiño cuando en 2006 dimitió como fiscal jefe de la Audiencia Nacional ante el expediente de remoción que había iniciado Cándido Conde-Pumpido al considerar que Fungairiño no obedecía sus instrucciones. En aquella ocasión, fue el propio fiscal general el que, durante el trámite de audiencia, ofreció a su subordinado una carta de renuncia.
Resuelta la crisis, se abre el problema del nombramiento de un nuevo fiscal superior en un clima de abierto desencuentro con el Gobierno catalán. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, afirmó anoche que el «escándalo monumental» del cese de Martín Rodríguez Sol «por decir que el pueblo catalán tiene derecho a expresarse, quiere decir que la libertad está amenazada», informa Efe.
Mas hizo esas afirmaciones en la clausura en Barcelona del acto de entrega del Memorial Trias Fargas, que otorga la Fundación Llibertat i Democràcia y que este año ha distinguido al economista Joaquim Muns.
En su intervención, Mas manifestó que «el proceso catalán está directamente ligado a las ansias de libertad, y la libertad es la mejor arma para nuestra defensa».
«La libertad es individual y también de los pueblos, que es algo más que la suma de libertades individuales», agregó el presidente de la Generalitat, que indicó que «la reacción de Cataluña se está produciendo» ante la «asfixia financiera»: «Muchísima gente ya ve que hay que cambiar el estado de las cosas», dijo.
En este contexto, y refiriéndose a la renuncia presentada por Rodríguez Sol, Artur Mas señaló que «si el fiscal general cesa a un fiscal por decir que un pueblo tiene derecho a expresarse, quiere decir que la libertad está amenazada».
«Es un escándalo monumental que esto pase y que en España se considere que es normal. Debería hacer pensar mucho», apostilló.
La actuación de Torres-Dulce fue, en cambio, respaldada por el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Fernando de Rosa, que, al ser preguntado por esta cuestión en Valencia, dijo que el fiscal general «está actuando sobre la base de sus competencias» ya que «las instituciones deben siempre defender la Constitución Española y no debemos contribuir con manifestaciones a una mayor confusión».