EL MUNDO – 11/12/16
· Un liderazgo hiperacentuado; una implantación exprés por toda España, y el estreno parlamentario en el Congreso. Estos tres factores, que marcan el pasado más reciente y el presente de Ciudadanos, provocan disfunciones en el trabajo y la convivencia.
· El partido de Albert Rivera organiza sesiones de grupo con sus diputados para evaluar y analizar el estado del equipo y el partido. Un sector de los 32 diputados considera que existe un «espacio de bunkerización» entre la dirección y los parlamentarios de base.
· «Falta unión entre el búnker y los diputados», es uno de sus diagnósticos. Hablan, incluso, de «coraza» alrededor de Rivera.
Así consta en las reflexiones y conclusiones de una de estas reuniones de grupo de diputados de Ciudadanos, a las que ha tenido acceso este diario. Según el documento, estas sesiones se dividen en tres equipos, uno de ellos compuesto íntegramente por los miembros de la dirección del grupo parlamentario, incluido Albert Rivera. «Hay una parte del equipo que está fuera del proyecto», es una de las opiniones. Del espíritu de la reunión cabe desprender la conclusión de que un sector del grupo parlamentario de Ciudadanos cree que no se cuenta con ellos, o no todo lo que creen que se debería, y que la comunicación entre dirección y base es, cuando menos, mejorable.
De hecho, una de las sugerencias que emanan de los parlamentarios de Ciudadanos es la petición de que estas sesiones de trabajo se realizan en grupos rotatorios, de manera que los integrantes de la dirección se mezclen con el resto de diputados. «Que todos nos conozcamos más y mejor», es la idea.
«Jerarquías en lugar de barreras», «Falta estructura, falta conexión, falta fluidez», «Comunicación en lugar de límites», «Comunicación e información directa (no a través de los técnicos)», «Las vías de comunicación no están definidas», son algunas de las sensaciones que transmite una parte de los diputados. Como prueba de esa deficiencia en la comunicación está que diputados consultados se han mostrado disconformes con la estrategia –política y comunicacional– de las últimas semanas, sobre todo en cuanto a la negociación con el Gobierno –el anuncio de compromisos desmentidos y ultimátums incumplidos–, y respecto a la subida de impuestos.
«No somos creíbles. El mensaje político lo propone un equipo de comunicación», es la queja de uno de los diputados. Para otros existe un «síntoma de agotamiento del mensaje». En la sesión de grupo a la que ha tenido acceso este diario, otra de las principales conclusiones es que Ciudadanos está «quemado» por la «sobreexposición».
Fuentes del grupo parlamentario admiten que la permanente presencia en televisiones y radios de miembros del partido es una vía de agua. Muchas conexiones, muchos días, mucha actualidad provocan, en ocasiones, mensajes contradictorios o erróneos. Asumen que uno de los objetivos es poner coto a la sobreexposición, pues consideran que fue algo necesario para dar a conocer la formación entre la sociedad y asentarla, pero que es necesario entrar en otra fase donde se midan y se filtren más las apariciones mediáticas.
Entre los diputados de Ciudadanos no se cuestiona el liderazgo de Rivera. Al contrario. «Albert es el proyecto», se recalcó en una de las sesiones de grupo. «Albert encarna Ciudadanos. Sin él, no hay proyecto», se remachó. Lo que se pide es abrir el abanico. Que se juegue más en equipo. Y emplean un símil claro: «A Messi ya lo tenemos, necesitamos un entrenador. Alguien que organice, coordine y arrastre al equipo». Y añaden: «La gente quiere estar más cerca de Albert, en lugar de intentar ser más gente», volviendo de nuevo a la idea de «bunkerización». «Falta cohesión», resumen.
La sensación de un sector de los diputados es que hay materia prima, pero que habría que perfeccionar las relaciones y los cauces de comunicación, así como aprender a «delegar con confianza». «Somos mejores de lo que estamos demostrando», resumen.
Cuestionados por este asunto, desde la dirección del grupo de Ciudadanos en el Congreso admiten que pudo producirse esta situación pero lo circunscriben a la pasada legislatura fallida. «Mientras no había Gobierno no había rutinas y había gente descontenta porque participaba poco», reconoce Miguel Gutiérrez, secretario general del grupo.
En la formación defienden que han puesto en marcha nuevas dinámicas con el comienzo del trabajo parlamentario, una vez que Rajoy fue investido. Ponen como ejemplo que Rivera mantiene «reuniones largas» con los diputados. Pero defienden que ya han comenzado a poner en marcha nuevas dinámicas y que Rivera ya ha mantenido «tres o cuatro reuniones largas» con grupos reducidos de diputados. Justifican que la dirección del grupo es abierta y amplia y que, además, están las reuniones periódicas de todo el grupo.
EL MUNDO – 11/12/16