EL MUNDO – 27/06/14
· Moncloa contaba con el acuerdo, pero el Grupo Socialista optó por la abstención para no sufrir más desgaste por el apoyo a la Corona.
Las reticencias de algunos diputados socialistas a apoyar un compromiso con el PP para aforar a Don Juan Carlos hicieron naufragar un acuerdo que habría evitado utilizar la fórmula de la enmienda en una ley sin ninguna relación con el asunto. A lo largo de la semana pasada, populares y socialistas mantuvieron contactos para resolver la situación del Rey tras su abdicación. No hubo grandes discrepancias sobre su alcance e incluso se bendijo la posibilidad de una proposición de ley conjunta. Desde Moncloa se daba por hecho el pacto, que contaba también con el beneplácito previo de la Casa Real. A punto de cerrarse, el PSOE cambió de opinión y decidió apearse de la iniciativa. Rubalcaba comprobó que había parlamentarios reacios a respaldarlo.
Los socialistas, con Rubalcaba dimitido tras las elecciones europeas y con un congreso para elegir a una nueva dirección en sólo dos semanas, ya sufrieron mucho para conseguir que el grupo parlamentario respaldara la Ley de Abdicación. De hecho, hubo una abstención –Odón Elorza– y dos ausencias. Pero, aún así, la disciplina de voto funcionó en un partido donde son muchos los que no ocultan su simpatía por una república.
Con este precedente se abordaron los primeros contactos sobre el aforamiento. Y aún así, se avanzó en ellos. Fuentes del PSOE confirmaron ayer que conocieron el contenido de lo que se pretendía aprobar y que se les ofreció una vía distinta a la de la enmienda. La posibilidad de una iniciativa conjunta quedaba pendiente de la decisión final de Rubalcaba. El PP esperó hasta agotar el plazo y ante una respuesta definitiva del PSOE optaron por presentar la enmienda a la reforma de la ley orgánica del Poder Judicial, incardinada a su vez en otro proyecto de ley. Eso sucedía el viernes pasado. Durante el fin de semana, los candidatos a dirigir el partido –Eduardo Madina y Pedro Sánchez– pusieron distancia con la posibilidad de que el PSOE participara en un acuerdo para aforar al Rey. Madina incluso lo hizo público.
El lunes se reunió la dirección del PSOE y decidió que se abstendrían en la votación. El martes, no hubo ni un solo reparo en la reunión del Grupo Socialista. La sensación en el PSOE es que el apoyo a la Corona les está pasando factura. Con el debate sobre monarquía o república presente ya en la calle, la coincidencia de criterios con el PP no es recibida de buena gana en toda la organización. Aunque la pretensión inicial de Rubalcaba era apoyar el aforamiento, tuvo que desistir de su empeño ante la evidencia de las dudas de sus diputados.
Con estos prolegómenos, el Congreso dio ayer el visto bueno a la ley para aforar al Rey. Sólo con los votos del PP, tras la desbandada del PSOE. Ahora, el proyecto será remitido al Senado, que lo aprobará sin cambios.
De este rocambolesco modo se ha salvado una nueva bola de partido en la política española. El Rey saliente sólo podrá ser juzgado por el Tribunal Supremo. Ayer, en el debate no faltaron las críticas ni por las prisas ni por el fondo. El diputado del PNV Emilio Olabarría defendió que el Pleno era «ilegal» por «razones procedimentales» y preguntó «a quién se quiere proteger». «Nunca –dijo– he visto un forzamiento así del reglamento». Igual de enigmático y crítico fue el representante de CiU, Jordi Jané, que insistió en saber qué se pretendía resolver. Gaspar Llamazares, de IU, fue más directo. A su juicio se trata de una «ley anti juez Castro», en referencia a una eventual implicación de Don Juan Carlos en un caso polémico que acabe en manos de un juez instructor.
Sólo UPyD, pese a sus reticencias, abrió el foco hacia otras latitudes y abordó la necesidad de rebajar el número de aforados en España. Su propuesta es aumentar las penas por denuncia falsa o temeraria, que es una de las justificaciones que se da al aforamiento. Aún así, según la diputada Irene Lozano, al Rey se le he hecho un «blindaje». En política –apuntó– no existen las casualidades, tras recordar el auto del miércoles en el que se mantiene la imputación a la Infanta Cristina.
El PSOE optó por un discurso de forma. No hubo fondo. No tenía sentido tras haber estado a punto de pactar con el PP la nueva regulación jurídica del Rey. Su diputada Meritxell Batet aseguró que el aforamiento no está para proteger a las personas sino a las instituciones.
El PP respondió apelando al «sentido de Estado». Con sus votos, los de Foro y UPN se aprobó el nuevo fuero de Don Juan Carlos. PSOE, PNV, UPyD y CiU se abstuvo. El resto del Grupo Mixto y la Izquierda Plural votaron en contra. Rubalcaba se fue sin sacar adelante su última iniciativa.
EL MUNDO – 27/06/14