Con el bloqueo político de España resuelto, los partidos ponen la vista en desbloquear su funcionamiento orgánico. La parálisis parlamentaria ha ejercido de sedante en la renovación y puesta al día de las formaciones. PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos afrontarán en los próximos meses Congresos para actualizarse. En el caso del partido de Albert Rivera urge una actualización de su estructura, ideario y objetivos políticos. La meta que fijará la Asamblea General será entrar en gobiernos en 2019 –fecha de las próximas elecciones municipales y autonómicas– o cuando haya nueva cita electoral, monocolores o en coalición. Hasta ahora la orden era no entrar en ejecutivos y han expulsado a aquellos que se la han saltado.
Dentro del partido ha existido un importante debate, de cierta intensidad aunque sin llegar a ser encarnizado ni a provocar brechas internas. Algunos miembros de la Ejecutiva y dirigentes territoriales defienden que haber entrado en el Gobierno de Mariano Rajoy les habría dado visibilidad y habría servido para mostrar sus logros y para demostrar capacidad política y de gestión. Rivera y su núcleo más cercano, en cambio, consideran que Ciudadanos correría en ese caso el riesgo de ser fagocitado por el PP por la dificultad que entrañaría marcar un perfil propio desde dentro del propio Ejecutivo. Entienden que sus cargos necesitan más bagaje antes de asumir esa responsabilidad.
Rivera ha tenido que negar en multitud de ocasiones que fuera a entrar en el Gobierno de Rajoy, pese a sus propuestas formales. Otro ejemplo de la postura mantenida hasta ahora es Ignacio Aguado en la Comunidad de Madrid, que ha rechazado en varias ocasiones la mano tendida de Cristina Cifuentes para gobernar juntos.
La dirección de Ciudadanos prohibió a sus cargos entrar en gobiernos, aunque esa posición se ha ido flexibilizando con el tiempo. Prueba de ello es que en el pacto de Gobierno con Pedro Sánchez se abordó la posibilidad de ocupar la vicepresidencia, compartir ministerios en el Ejecutivo y, ahora, si el PP presentaba otro candidato a Rajoy, estaban dispuestos a formar una coalición. La experiencia acumulada, el haber perdido la virginidad política, lleva a la dirección de Ciudadanos a apostar por entrar en gobiernos en las siguientes citas electorales.
La actual dirección considera que sus cargos públicos necesitaban un rodaje, una formación política en el día a día, pues muchos provienen de la sociedad civil. Ese aprendizaje, en muchos casos instruido por el partido, pretenden que permita no temer que sus cuadros ocupen cargos de responsabilidad pública, como ocurría hasta ahora.
La Asamblea, que está prevista que se celebre a principios de 2017, abordará una ponencia política que adaptará el ideario y los objetivos a la realidad de la que es, hoy, cuarta fuerza nacional. Y es que las sucesivas convocatorias electorales han producido un cortocircuito entre el contenido y el continente del partido.
El ideario actual de C’s está anclado en su etapa como formación catalana. Lo define como partido que nace «por el vacío de representación que existía en el espacio electoral de centro-izquierda no nacionalista» que «se nutre del liberalismo progresista y del socialismo democrático». Desde la dirección señalan que «los valores del partido son los mismos, no cambian», pero hay que actualizarlos. Matizan que lo de «espacio de centro izquierda» alude a su origen en Cataluña, y que ahora forman parte del Partido de la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa y eso deben plasmarlo.
Las fuentes consultadas señalan que no está prevista una revisión del posicionamiento respecto a asuntos como la regeneración o la unidad de España. Y ello pese a que en Cataluña, si bien el fondo del mensaje no ha variado ante el independentismo, sí se ha apreciado un cambio en el tono y las maneras de Inés Arrimadas, lo que ha provocado cierto desconcierto y malestar entre un sector de las bases. Rivera se ha visto obligado a aclarar que su batalla contra el secesionismo se mantiene intacta.
La cita servirá para renovar los órganos de dirección, que serán elegidos por los afiliados. Rivera remodelará su Ejecutiva, ampliará su número –hasta 40 integrantes– y dará entrada a miembros del grupo parlamentario. Una de las claves que más polémica puede generar es cómo conjuga el equilibrio de poderes entre Madrid y Barcelona. Asimismo, desde la Secretaría de Organización se está trabajando en una ponencia de Estatutos que permitirá que haya cuotas de representatividad territorial en el Consejo General –el máximo órgano de representación entre Asambleas Generales– y más autonomía de las estructuras provinciales y autonómicas.
Los críticos de c’s plantarán cara
Afiliados críticos de Ciudadanos están organizándose para presentar batalla a Albert Rivera y su equipo en la próxima Asamblea General del partido. Agrupados en un colectivo que se denomina ‘TranC’sparencia’, piden que todos los delegados sean elegidos en listas abiertas por los afiliados y que la elección respete estrictamente los criterios de voto directo y proporcionalidad para que cada afiliado tenga derecho a un voto.
Asimismo, exigen a la dirección una «campaña en igualdad de condiciones entre todos los candidatos que contiendan en la campaña lo que, ineludiblemente, debe incluir la posibilidad de dirigirse al censo de afiliados y la utilización de los canales de comunicación oficiales». Este grupo de afiliados, que no comparte la manera de actuar de la dirección, pide voto en urna y no telemático, por ser un «sistema que carece de las garantías mínimas y no dispone de ninguna certificación y homologación fiable».
Este colectivo celebrará una reunión este sábado para definir su estrategia y su manera de proceder de cara a la celebración de la Asamblea.