JUAN CARLOS VILORIA-EL CORREO

  • Núñez Feijóo va a utilizar a Díaz Ayuso para fustigar a la izquierda y frenar a Vox

En poco más de un mes Isabel Díaz Ayuso se convertirá en presidenta del PP de Madrid acumulando a su poder político una poderosa influencia en el terreno orgánico del partido. Núñez Feijóo ha despejado esa variable de su ecuación con celeridad, consciente de que disputarle el poder a Ayuso en esta comunidad autónoma fue uno de los graves errores de Pablo Casado.

A partir del 21 de mayo Ayuso tendrá las manos libres para crear una dirección que sustituya a la gestora de Pío García-Escudero, acumulando un poder orgánico decisivo en la confección de las listas electorales municipales, y autonómicas, pero también en decisiones administrativas de gasto público que mueven muchos millones de euros en la comunidad. Ese control capilar de la organización convertirá a Ayuso en un peso pesado del PP, pero Feijóo no ha dudado en darle a la presidenta madrileña un amplio margen de maniobra porque no solo no teme la competencia de su imagen popular, como Casado, sino que aprovechará su indiscutible carisma.

La presidenta genera fobias y filias porque ha lanzado al partido conservador con un triunfo aplastante sobre la izquierda y maneja un discurso liberal y nacional sin complejos que tiene muchos adeptos. Pero como se demostró en una reciente visita al País Vasco también genera fobias tanto en la izquierda como en el nacionalismo. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, no dudó en lanzarle fuego graneado diciendo que Ayuso «utiliza la libertad para favorecer a sus amigos los ricos». En una reunión con 200 empresarios vascos, Ayuso había puesto el dedo en la llaga fiscal revelando que una persona que gana 16.000 euros paga en Madrid 841 euros de IRPF y en el País Vasco 1.120 euros. En esos mismos días un riguroso informe económico alertaba de que el País Vasco ha perdido los puestos de cabeza en la economía española, que muchas empresas se deslocalizan y los mejores profesionales buscan otros horizontes.

Ayuso ha demostrado que hay otro modelo de crecimiento y bienestar que no se basa en la implacable presión fiscal. Feijóo va a aprovechar a Ayuso para dos tareas fundamentales. Dejar a la presidenta el papel de la confrontación pura y dura con el sanchismo, los nacionalistas y la izquierda para conservar él su papel ‘moderado’. Y, en segundo lugar, para frenar la expansión de Vox como consiguió en las elecciones autonómicas de Madrid. Ese es el doble juego Ayuso-Feijóo. Y explica la ‘ayusofobia’ que se ha desatado en el bloque de la izquierda y el nacionalismo. La doctrina ayusista de que cada vez que les suben los impuestos los ciudadanos están más presos de la Administración es letal para los partidos recaudadores.