Toda la izquierda tuitera se ha puesto a repetir sin tasa la lamentable performance de algunos de los concentrados para tomar las uvas en Ferraz. Guaje Salvaje alertaba contra la tentación de exagerar la nota: “Vosotros sois muy jóvenes y no recordaréis que el pasado mes de abril ahorcaron la figura del Rey en la facultad  de Políticas en la Complutense. Entonces no lo condenó el Gobierno, no lo denunció el PSOE ni actuó la Fiscalía porque era “libertad de expresión. El doble rasero zurdo”. Los más memoriosos recordarán que las Juventudes Socialistas guillotinaron a un muñeco de Rajoy y posaron con su cabeza, que un cartel en Bilbao mostraba a Santiago Abascal en el momento en que un disparo en la nuca le reventaba la cabeza, que los socios golpistas catalanes de Sánchez colgaron la imagen del Rey cabeza abajo, quemaron fotos suyas y que Pedro Sánchez nombró ministra a una tipa que había escrito: “Felipe, no serás Rey, que vienen nuestros recortes y serán con guillotina” Pedro Honrubia, diputado de Podemos por Granada llamó «facha» a Felipe VI y pidió «guillotina». «Lo que se echa de menos una buena guillotina en la historia del estado español, joer». Yolanda Díaz lamentaba  que en la historia de España no hubiésemos tenido una guillotina para cortarle la cabeza a un Rey. Y todo en este plan.

Feroz: Al Rey, a Felipe, y antes a Juan Carlos, pueden quemarle, en efigie, los nacionalistas, pero eso es «libertad de expresión», pero cuando se lo hacen a un monigote de Puigdemont, o de Su Sanchidad, es «delito de odio». Ley del Embudo de la progredumbre.

Lupe Sánchez hacía un resumen irreprochable: “Entonces despenalizan el enaltecimiento del terrorismo y las injurias y calumnias al Rey , al tiempo que tipifican pegarle a un muñeco que representa al presidente del Gobierno. Todo muy proporcional y coherente”.

La hemeroteca, siempre la hemeroteca. Finalmente, como guinda, The Objective recordaba la justificación que hizo el PSOE del escrache a Begoña Villacís cuando estaba embarazada de nueve meses: “La señora Villacís no estaba en un acto privado con su familia”. ¡Qué gentuza, pero qué gentuza!

Ayer, 2 de enero declaraba ante juez la futbolista Jenni Hermoso a cuenta del famoso piquito de Rubiales. Dijo que después del hecho, “la situación, tanto el vuelo de vuelta a España como en su estancia en Ibiza, por parte de los investigados fue de atosigamiento constante», según la Fiscalía de la Audiencia Nacional, donde declaró ayer la futbolista. Hermoso ha asegurado que sufrió presiones que alteraron su vida normal, «produciéndole una situación de desasosiego y tristeza».

Estaba más bien risueña Jenni Hermoso en el autobús que llevaba a las jugadoras. Enseñando a todas sus compañeras el video mientras en la otra mano sostenía una botella de champán de la que bebía a morro y se reía, mientras todas coreaban; “beso, beso”. Que Rubiales es un impresentable es cosa descontada. Que merecía la destitución, por supuesto, pero no por el beso. No sabemos lo que fallará el juez, pero no parece que se tome con el rigor que debería el caso de una mujer que 48 horas antes había sido exaltada ante millones de espectadores por RTVE en las campanadas de la Puerta del Sol.

Un tal ALFONSO hace una confesión en X: “Soy de los que piensa que tiene mucho más peligro democrático Vox que Bildu, que son más graves los delitos cometidois por Rodrigo Rato que por Puigedmont y que corrió más peligro la unidad de España con Mariano Rajoy que ahora con Sánchez. Soy un mal patriota, lo sé”.  No, criatura, eres solo un perfecto imbécil.